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Núria Vilarrubla: 'Ser madre no es ningún freno'

La piragüista de la Seu d'Urgell, olímpica en Tokio, vuelve esta semana a la competición internacional después una temporada de inactividad al dar a luz a su hija Iona, que lo acompaña a todas las pruebas

Vilarrubla debuta esta semana en la Copa del Mundo de Praga.

Núria Vilarrubla: 'Ser madre no es ningún freno'Cynthia Sans

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¿Cómo ha sido la vuelta a la competición después de ser madre? Me he encontrado muy bien, contenta de poder seguir remando. Sin hacer ninguna locura, me fui reincorporando de una forma progresiva. Cuando hacía un mes del parto empecé a hacer un poco de actividad física muy suave, a los dos meses ya empecé a incrementar las sesiones y a los 3 o 4 meses ya entré en una dinámica de entrenamiento. Remé hasta el último día y tuve un buen embarazo, que hizo que mi vuelta también fuera cómoda y fácil.

Quizás uno de los aspectos complicados para una deportista de élite es decidir el momento para ser madre, ya que eso supone perderse una temporada. Como madres y deportistas está claro que nuestro motor de vida es nuestro cuerpo y siempre te cuestionas si después de ser madre podrás seguir, si estarás en forma, si tendrás la capacidad para volver... Siempre existe este temor, pero en mi caso sentía muchas ganas de ser madre y no creía que tuviera que sacrificar nada. Nunca es fácil tomar esta decisión de cuándo ser madre, porque tienes este miedo, pero está más que demostrado que ser madre no es ningún freno ni tiene que serlo. Está claro que después necesitamos ayuda, como cualquier otra madre que tiene que seguir en el mundo laboral. Yo sentí que era el momento y quizás cuando conseguí liberarme del miedo de si después pudría o no volver, fue cuando disfruté más.

¿Tuvo miedo de no poder volver a competir, después de haber sido madre? Evidentemente que sí, porque un embarazo supone para una mujer un proceso de cambio importante, y cuando eres deportista tu medio de vida y tu herramienta principal es tu cuerpo, y claro que había temores, pero, al mismo tiempo, el deseo y la ilusión de ser madre eran mayores.

¿Cree que la maternidad sigue siendo un tabú? Un poco. Cada vez hay más madres deportistas a nivel nacional e internacional que lo están mostrando con la naturalidad mayor posible. Ha habido casos recientes y en el piragüismo, por ejemplo, Maialen (Chourraut) ha marcado mucho camino, igual que Teresa Portela, dos deportistas de alto nivel que han sido madres en un momento de su carrera importante y después han seguido compitiendo. ¿Es un tema tabú? Sí, pero hasta cierto punto, porque creo que cada vez más se habla de una forma más abierta, más natural.

Es una prueba más que para ser madre no hace falta renunciar al deporte de élite. Sí, al final es aprender a percibir que no tiene que ser ninguna renuncia, como no lo es para la carrera profesional de muchas mujeres. Está claro que todo se vuelve más complejo, es evidente.

Los deportistas de élite viven de las becas en función de los resultados. ¿En su caso, estar una temporada sin competir lo ha afectado en este aspecto? Siempre se me ha mostrado un respeto y un apoyo por querer ser madre, tanto por parte de la federación y de los entrenadores como de los intermediarios que tenemos en el Comité Olímpico para mantenernos las becas, en cuanto que yo me he sentido muy avalada en todo momento. No he hecho una baja postparto, porque tenía claro que una vez hubiera dado a luz, tanto para mí como para mi cuerpo, cuanto antes mejor me pudiera reincorporar y sentirme otra vez en el agua mucho mejor, pero sí que asumes que durante el embarazo te alejas de todo el que es la competición, del circuito internacional, aunque en el caso del piragüismo tenemos la suerte de que se nos congelan durante dos años los puntos que tengamos en el ranking internacional mientras no te reincorporas. El piragüismo es de los deportes que mejor funcionan en este caso.

¿Aun así, cree que falta más visibilidad y apoyo? Sí, por descontado, pero cada vez hay una visión más amplia y respetuosa, aunque queda camino por recorrer. Muchas veces tu mejor momento deportivo coincide con el que quieres ser madre, y son etapas que se encabalgan y hay que encontrar la forma para respetar si una mujer quiere compaginar su vida familiar con la deportiva.

Tampoco debe ser fácil compaginar la maternidad, ahora que su hija es tan pequeña, con el deporte de élite, que requiere también mucho tiempo y dedicación. Ya lo asumes y lo aceptas, te cambia la perspectiva de todo, te cambia la gestión de tu tiempo, pero también aprendes a ser más eficiente, a optimizar más el tiempo que tienes. Al final, si es la decisión de que has tomado, se equilibran las cosas y el tiempo que tienes lo aprovechas al máximo y te entrenas de otra forma, porque la energía es otra también. No lo veo como una cosa negativa, aunque es cierto que todo requiere una adaptación y un aprendizaje al nuevo estatus de vida, porque no tienes todas las horas para ti, pero sin ningún tipo de victimismo.

¿Cuando ha vuelto a remar, se ha sentido diferente físicamente? Sí, ha habido cambios. Eres diferente, porque tu cuerpo de manera hormonal ha cambiado y físicamente cambias. Hace falta cambiar la perspectiva. ¿Vuelvo a ser como antes? No, estás de otra forma, sin pretender saber cuándo volverás a estar como antes. Vuelves, pero lo haces siendo otra.

¿Qué ha sido más duro de su vuelta a la competición? Aprender a pedir ayuda, porque, claro, si yo necesito dos horas para|por ir a remar, necesito organizar mi entorno, la gente de qué dispongo y los recursos que tengo para que alguien esté con mi hija. Por eso hay que pedir ayuda, saber gestionar a la gente que te rodea y quiere ayudarte y puede, para poder tener tu tiempo.

¿La maternidad le ha hecho cambiar la percepción del deporte de élite? Evidentemente. En el deporte de élite hay momentos de frustración, en los cuales tienes mucho trabajo interno para intentar superarse y sí que es cierto que ahora, cuando vuelvo a casa me pasa todo mucho más rápido, lo relativizas más rápido y las prioridades te cambian del todo.

¿Va a las competiciones con su hija? Sí, todavía estoy haciendo lactancia materna y este primer año nos lo hemos organizado con mi pareja, que puede combinárselo, y los dos vienen conmigo. Para mi estabilidad y para poder funcionar dentro del ecosistema que hemos creado es vital poder estar cerca de ella, y que mi pareja venga y estén conmigo.

Segundo lugar en el selectivo para el equipo estatal. ¿Lo ha sorprendido ser a este nivel? Es complejo, porque a medida que me acercaba a los selectivos tenía ciertos temores de si estaría preparada para competir o no, y es verdad que el fin de semana de competición en la Seu conseguí ganar las dos finales y quizás ni yo misma me lo esperaba.

Es un año clave, con los Juegos de París a la esquina, su gran objetivo. Mi gran objetivo es poder volver a remar al máximo nivel, y si eso implica estar en los Juegos, genial, pero tampoco tengo una fijación obsesiva, no funciono así. Mi gran reto es poder rendir al máximo nivel compaginándolo con la maternidad.

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