Una leridana de 9 años se ha iniciado este 2023 en las carreras de montaña y ha ganado las 6 en las que ha participado

Aran Plens Benseny tiene 9 años recién cumplidos en mayo y, tras iniciarse este 2023 en las carreras de montaña, ya puede presumir de haber ganado todas las que ha corrido de su categoría benjamín. Ha competido en L’Encamada, un circuito de carreras de montaña formado por 7 pruebas (la Rialp Matxixics, el Cross de Sort, la UltraXics Valls d’Àneu, el Cross de Llessui, el Cross del Cardós, la Minimilla d’Àreu y Camins Xics d’Isil) de las que ha ganado seis porque no pudo asistir a la de Àreu al coincidir la fecha con el Aplec del Caragol, donde su familia pertenece a una peña y su padre, Oriol Plens, es además vocal de la junta de la Fecoll. “Lo de iniciarse en las carreras de montaña fue un poco por casualidad, pero es verdad que a toda la familia nos gusta mucho la montaña y, además, tenemos casa en Rialp.

Coincidió que estando allí se disputaba la Matxicots y decidimos apuntarla a la carrera infantil, la Matxixics, y ganó”, explica su padre. No solo se impuso sino que, además, aventajó en casi cinco minutos a la segunda clasificada. Los primeros sorprendidos fueron sus padres, Oriol y Ares, aunque ya sabían cómo se las gastaba su hija pequeña cuando con 5 años subió al Monteixo (2.905 m.) o cuando en agosto pasado ascendió al pico de Ventolau (2.840 m.) casi esprintando.

L’Encamada se reanudó en mayo, una vez terminada la temporada de esquí, y en esta ocasión no hubo dudas y Aran se inscribió en la segunda prueba del circuito, el Cross de Sort. Volvió a ganar y así en todas las carreras de l’Encamada, excepto en la penúltima de Àreu, en la que no pudo participar. Como se descuenta el peor resultado, que fue ese, Aran Plens no solo ganó 6 de las 7 carreras, sino que se proclamó también ganadora de la general del circuito en su categoría.“Mi estrategia es salir muy rápida y si veo que alguna corredora viene por detrás aún esprinto más”, dice la pequeña atleta con un gran desparpajo. Alumna de tercero de Primaria del colegio Maristes Montserrat de Lleida, Aran también juega a baloncesto en la escuela. “No sabría decir qué me gusta más si el baloncesto o correr. Con el equipo de baloncesto nos clasificamos para la Final a 4.

Me gustan las dos cosas, pero me lo paso muy bien en la montaña estando al aire libre”, asegura. “Pero me canso un poco cuando corro”, añade con inocencia.Cuenta su padre que “es una niña muy entregada al deporte y desde muy pequeña le hemos hablado de Núria Picas (la atleta catalana que ha sido campeona del mundo de Ultra Trails). Antes de las carreras se pone muy nerviosa porque es muy autoexigente”, afirma Oriol.Ni ella ni su hermano mayor, Oleguer, de 14 años, se entrenan para correr.

Él juega a hockey y también participa en alguna carrera de montaña despuntando aunque sin llegar al nivel tan abrumador de Aran. “Mi hermano me ayuda como si fuera mi entrenador”, dice la niña, que luce orgullosa su camiseta del Esports Pifarré Team, cuyo propietario de la tienda del mismo nombre, Òscar Pifarré, guarda una gran amistad con el padre de la joven atleta.

“Le he pedido a mis padres que quiero subir a la Pica d’Estats” El próximo desafío de Aran es ascender la Pica d’Estats (3.143 m.), la emblemática cima que es el techo de Catalunya. “Me lo recuerda a cada momento. A veces, me lo escribe en un papel”, dice Oriol, su padre, que ya le ha prometido que harán la excursión este verano.Además del Monteixo y del Ventolau, el pasado verano la familia ascendió al Montsent del Pallars, un pico que supera los 2.800 metros y se alza sobre el pequeño pueblo de Capdella, y al Campirme, una montaña de 2.632 metros cerca de Tavascan.“Cada año subimos algún pico y hacemos excursiones a lagos. Es la forma de entrenarse de Aran”, dice Oriol de su hija, un auténtico prodigio que ha irrumpido en las carreras de montaña con una autoridad en su categoría como si fuera una pequeña Núria Picas.