SEGRE

BALONMANO DEPORTE DE BASE

Una transmisora de valores

Rocío Ruiz, del Lleida Handbol, está siendo un referente en la promoción y recuperación del balonmano en los centros escolares || Acompaña su labor deportiva con una educación pedagógica

Rocío Ruiz Serrano, durante la sesión final de la pasada temporada.

Rocío Ruiz Serrano, durante la sesión final de la pasada temporada.JORDI ECHEVARRIA

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Lograr el equilibrio entre la parte competitiva y la educativa debería ser la meta de todo club deportivo. Al menos sí de aquellos que trabajan con niños. En el Lleida Handbol el referente claro es Rocío Ruiz, directora de la escuela de balonmano del club y coordinadora de la promoción escolar que, desde hace una década, está mostrando cuál es el camino a seguir en la gestión del deporte escolar.

El pasado sábado recibió uno de los galardones denominados “Valors, esport i ciutadania”, que otorga la UCEC (Unió de Consells Esportius de Catalunya) por su ejemplar gestión de todo el minihandbol y la Lliga Escolar del Segrià, pero su labor abarca mucho más campo. Rocío Ruiz fue jugadora de la Associació Lleidatana d’Handbol y después ejerció como entrenadora, primero en el Handbol Pardinyes y ahora en el Lleida Handbol, tras la fusión de las entidades mencionadas. Junto al director deportivo del club, Txema del Rosal, pusieron en marcha el método de la Educación 360 de la Fundació Bofill, en el que se han albergado después iniciativas como el deporte con valores o el proyecto Meraki, ideado por la jugadora del club Jennyfer Nana, y que se trata de una herramienta empoderadora para niñas que no disponen de recursos para acceder a la práctica del balonmano.

“La Educación 360 propone diseñar una educación sin límites: ni de espacios, ni de tiempo, ni económicos, ni sociales. Una educación conectada que, a partir del trabajo conjunto de la comunidad, ofrezca propuestas educativas a todos sus niños dentro y fuera de la escuela, avanzando hacia la equidad”, explica Rocío Ruiz. Tras la pandemia ha conseguido dinamizar el balonmano en la provincia de tal manera que, de dos escuelas iniciales, se ha pasado a siete que tienen este deporte como actividad extraescolar.

Enseñar a los pequeños cómo afrontar situaciones deportivas es, al fin y al cabo, acompañarlos en su proceso de desarrollo personal y aprendizaje, prepararlos para gestionar situaciones similares que encontrarán en su vida adulta. “Se trata de dar un valor añadido educativo a la actividad deportiva extraescolar”, afirma Ruiz, que cuenta con un ciclo superior de deportes y está terminando magisterio. “El balonmano era un deporte que había desaparecido prácticamente de las escuelas en Lleida y ahora disponemos de un grupo de monitores que van con Rocío, que trabajan principalmente con niños y niñas de edad alevín y benjamín”, explica Del Rosal.El método de Rocío es hacer unas cuantas clases dando a conocer el balonmano a través del minihandbol y, a partir de aquí, a las escuelas que quieran incorporarlo como actividad extraescolar, ella les facilita todo.

Les asigna un monitor, de los que se encarga de su formación, y organiza y gestiona la introducción de la escuela o colegio interesado en entrar en la competición que organiza el consell esportiu del Segrià. “Tenemos lista de espera de escuelas. ¡Bendito problema!”, exclama Txema del Rosal.

Rocío Ruiz Serrano, durante la sesión final de la pasada temporada.

Rocío Ruiz Serrano, durante la sesión final de la pasada temporada.JORDI ECHEVARRIA

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