ATLETISMO CARRERAS DE MONTAÑA
Trail con acento leridano
El rumano afincado en Tornabous Raul Butaci gana los 110 km. de Aran y ya prepara la mítica Mont-Blanc || Carmen Palacin, de Altorricó y residente en Lleida, segunda en los 62 km. de la Vall de Boí
Las dos pruebas de trail running que tradicionalmente se celebran en el pirineo leridano cada verano, la Epic Trail Vall de Boí, que el año que viene celebrará su décimo aniversario, y la Val d’Aran by UTMB, que en solo tres años se ha convertido en la más concurrida de España con más de 5.000 inscritos, ha tenido este año a dos protagonistas con acento leridano, Raúl Butaci y Carmen Palacin. Él, de origen rumano pero afincado en Tornabous desde los 16 años, fue el ganador de la distancia de 110 kilómetros, la Camins d’Hèr (CDH), y ella, natural de Altorricó y residente en Lleida desde hace 16 años, fue segunda en la prueba de 62 km. por el Parc d’Aigüestortes.
Los dos se declaran unos amantes de la naturaleza, un hábitat donde se encuentran como en casa. “La montaña cura, la naturaleza te hace ver cosas de ti mismo que son increíbles”, declara Camen, que su incursión en las carreras de montaña le cambió la vida, y casi por casualidad. “Un día paseando vi una tienda que se llamaba Ultra y entré, y allí vi que hacían salidas y me enganché.
Comencé a correr con mi hermano y poco a poco me fui motivando. Antes era peluquera y cambié radicalmente de vida. Me saqué todas las titulaciones posibles y entré a trabajar en Zenkiu, y ahora soy entrenadora personal”, explica.Desde hace una década pone al límite su cuerpo y su mente en pruebas de ultra trail.
“Correr por la naturaleza me hace sentir muy bien y lo plasmo luego en mi trabajo de entrenadora personal. A mi cliente le aporto la energía que la naturaleza tanto me da. La montaña te da paz”, apunta Palacin, de 42 años, que siempre es consciente de sus límites.
“Siempre digo lo mismo, que tu mente sepa que tu cuerpo puede. En ocasiones llegas a una fatiga muy bestia, pero el ser humano es capaz de mucho. Eso es lo que intento transmitir, porque si yo no pudiera hacer algo, no lo haría, no soy nada heroica”, asegura.
Raul Butaci, de 38 años, comenzó en el mundo del atletismo de muy joven. En Cluj, su ciudad natal en Transilvania, competía a nivel federado y cuando se trasladó a vivir con sus padres a Tornabous les puso una condición, que le buscaran un club donde seguir corriendo. Fichó por el Dominiques, donde coincidió, entre otros, con el olímpico Ayad Lamdassem.
Su entrada al mundo laboral le obligó a dejarlo y, tras un paso fugaz por el equipo de fútbol de su localidad, retomó el atletismo. Pero fue en 2012 cuando empezó a introducirse en el mundo del trail, al que ahora dedica muchas horas de entrenamiento. “Este año me he centrado más en el trail.
Tengo una marca que me costea todos los gastos de material, viajes, algo de nutrición y fisioterapia, y me da alguna prima, pero estoy compitiendo contra gente que está viviendo de esto y cobra mucho”, comenta.Ganar la prueba de 110 km. de la Val d’Aran ha sido el logro más relevante de su carrera, pero no estuvo exento de sufrimiento, algo que, a su juicio, acaba compensando. “Ponemos el cuerpo al límite.
Muchas veces lo digo, lo que nos motiva a hacer estas locuras es simplemente buscar donde está tu límite, ver hasta dónde puede llegar tu cuerpo y lo que puedes ser capaz de hacer, es un reto personal”, explica Butaci, que tiene claro que “el tema mental es muy importante. Todo lo que sufrimos compensa, porque si no, no lo haríamos”, reconoce.Los dos, que se conocen desde hace años, tienen ya sus próximos retos en mente. Butaci tiene previsto repetir la mítica Mont-Blanc UTMB, que será la final de las World Series y en la que ya participó el año pasado.
Entonces corrió la de 100 km., y acabó octavo, y este año se inscribirá en las 100 millas, donde coincidirá con Kilian Jornet, al que admira. “Ha marcado una generación de corredores de montaña, por lo que hacía y por sus valores”, señala. Carmen Palacin, por su parte, tomará parte en la Gran Trail Aneto Posets, en Benasque, de 105 kilómetros y casi 7.000 metros de desnivel positivo, en la que el año pasado rozó el podio al ser cuarta.