REPORTAJE FÚTBOL
El efímero club de los burgueses de Lleida
El futbol desembarcó con especial fuerza en la provincia de Lleida a partir de 1910. Fue la década en que surgieron los primeros clubs, la mayoría todavía en activo. Térmens (1910), Tremp (1914), Balaguer (1916), Guissona y Cervera (1916), Tàrrega (1917), Juneda (1918) y Bellpuig (1920) fueron algunos de los equipos que surgieron en aquellos tiempos. En Lleida capital no sólo tardaron algo más en surgir, sino que lo hicieron bajo el patrocinio de las distintas facciones políticas. El historiador Jaume Barrull, en una publicación del Ateneu Popular de Ponent (“Ciutadania, espai urbà i memòria a la Lleida del segle XX”), recuerda que el primero en aparecer fue el Futbol Club Lleidatà, en 1917, bajo el paraguas del Partido Radical de Alejandro Lerroux. Un año más tarde, nació el Joventut, de la Joventut Republicana de Humbert Torres y Alfred Perenya, que se estrenó en un flamante Camp d’Esports.
El campo del FC. Lleida. En Cappont, se cubría con lonas para evitar a los intrusos
Las derechas burguesas de Lleida tardaron algo más en amasar su propio equipo. En 1922 fundaron la Penya Esportiva Salvat, una organización simpatizante de la Lliga Regionalista de Francesc Cambó, que en aquella época dominaba la escena política catalana. Esta peña se llamaba así porque nació en el bar Salvat, ubicado entonces en la plaza Sant Joan. Su primer presidente fue el arquitecto Francesc Bordalba y en la primavera de 1923 creó el Futbol Club Lleyda, un equipo que disputaría sus partidos en Cappont, en un campo nuevo situado en el Camí Vell d’Albatàrrec y que costó unas 50.000 pesetas. Para entonces la peña ya contaba con 1.500 socios y diseñó para su equipo un uniforme de camisa blanca y cuello rojo.Un mes después de la formación del equipo, con motivo de la Festa Major, se organizaron los primeros amistosos contra el Wanderers Team de Barcelona (10 de mayo), el Terrassa (12-13) y el Catalunya de les Corts (20-21). La revista Lleida Deportiva anunció los partidos con entradas que costaban seis pesetas.
En la convocatoria se indicaban frases como “las señoras que vayan acompañadas de los socios, tienen la entrada libre al campo”.En su primera temporada (1923-24), el equipo de la Penya Salvat empezó con buen pie, proclamándose campeón provincial y ascendiendo a la segunda categoría del Campeonato de Catalunya. Allí se mantuvo prácticamente para el resto de su corta existencia.Según las crónicas de la época, la rivalidad entre los burgueses conservadores del FC Lleida y los republicanos de la Joventut iban más allá del ámbito deportivo. La radicalización de sus ideales provocó tensiones entre las aficiones tanto dentro como fuera del terreno de juego y acabó a veces con sanciones económicas por parte del comité provincial.A partir de la temporada 1924-25 se inicia una lenta decadencia de ambos clubes.
Anuncio. Del amistoso del FC Lleyda en la revista Lleyda Deportiva de mayo de 1923
Los republicanos habían destinado muchos esfuerzos económicos en su cantera, mientras que el FC Lleyda se gastaba el dinero en fichar a jugadores extranjeros. Ambos entraron en una crisis que arrastraron (e incrementaron) año tras año, que los llevó incluso a negociar una posible fusión.La revista Lleida llegó a hablar del nacimiento de un nuevo equipo en un artículo publicado en 1927: “La sección deportiva de Juventud Republicana y el FC Lleyda, clubs rivales en extremo, han entrado en negociaciones serias y oficiales para pactar una fusión a base de crear la Unió Esportiva Lleida, que tendrá los terrenos de juego únicamente en el Camp d’Esports”. Pero la Unió Esportiva tardaría unos años más en aparecer.
Las diferencias políticas entre burgueses y republicanos eran prácticamente insalvables.El primero en caer fue el Joventut. Lo hizo ese mismo año y el FC Lleyda aprovechó su desaparición para ocupar entonces el Camp d’Esports. La noticia fue publicada por la revista Lleida, que al final de su crónica resumía perfectamente la situación general: “el fútbol es caro y Lleida no da para tanto”.Pero FC Lleida solo pudo aguantar dos temporadas más. En 1930, el secretario de la Penya Salvat, Joan Solé, constituyó otro club (el Centre d’Esports Lleida), que hizo uso del Camp d’Esports con su nuevo equipo, el Club Esportiu Joventut, que desapareció en 1935.Del bar Salvat nació un conjunto más, el Lleida Sport Club, presidido por Jaime Pirla, que jugaba en Pardinyes. En el Camp d’Esports se quedaron los antiguos socios conservadores de los Calaveras, que fundaron la Associació Esportiva Lleida. Tras la Guerra Civil, de ambos clubes nació el Club Lérida Balompié, después rebautizado como la Unió Esportiva Lleida. Pero eso, ya es otra historia.