FÚTBOL INTERNACIONAL
'Arabia es muy futbolera'
El leridano Felip Ortiz cumple su segunda temporada en el staff técnico del Al-Shabab
Ya estuvo en China y fue ayudante de Sergi Barjuan en el Barça
Felip Ortiz (Lleida, 27-4-1977) se formó como futbolista en La Masia, donde compartió vivencias y hasta alguna gamberrada confesable con ilustres azulgranas como Xavi o Puyol. Tras su etapa como guardameta, donde llegó a ser medalla de plata en los JJOO de Sydney 2000, inició una carrera en los banquillos como ayudante del técnico Vicente Moreno en el Nàstic al retirarse de este club como jugador. Después estuvo con Gerard López en el Barça B y luego como director deportivo en la Federación Catalana antes de ir a China, donde fue ayudante de Sergi Barjuan en el Zhejiang Greentown de la League One (Segunda División de aquel país).
Hace dos temporadas, Barjuan se lo llevó al Barça B e, incluso, dirigieron al primer equipo en una etapa de interinidad. El curso pasado, Vicente Moreno lo volvió a reclutar para recalar en el club Al-Shabab del pujante fútbol de Arabia Saudí.
Con Moreno de vuelta a la Liga al frente del Almería, Ortiz sigue en el equipo árabe en el staff técnico comandado por el argentino Juan Ignacio Brown. “Arabia es un país muy futbolero, a diferencia de China. Ven mucho fútbol por TV, sobre todo la Premier y después la Liga española. Tienen muchas ganas de hacer una Liga competitiva y saben que deben profesionalizar mucho más las rutinas de los jugadores”, explica el leridano.
“La prueba está en que han fichado a jugadores Top como Cristiano, Benzema o Neymar, contra el que por cierto jugamos este viernes”, apunta. Será toda una prueba de fuego contra el Al-Hilal, uno de los clubes poderosos de la Liga. La pasada temporada el Al-Shabab, cuya estrella es el excolchonero Yannick Carrasco, se quedó a las puertas de las competiciones asiáticas. Finalizó cuarto a 6 puntos del Al-Nassr y a 12 del campeón Al-Hilal.Felip Ortiz vive en una urbanización cerrada de la capital, Riad.
Una ciudad de la que el leridano asegura que “dentro de unos años será una de las ciudades más atractivas, aunque lo peor es el tráfico”. Vive allí sin la familia, aunque su mujer y su hijo pequeño de 4 años le visitan a menudo. Los dos mayores no pueden por razones de estudios. Dice que se llega a “soportar bien temperaturas de hasta 50 grados porque es calor seco, pero a las 3 de la tarde no ves a nadie en la calle”, concluye.