ICG Força Lleida: Para olvidar

El ICG Força Lleida encajó ayer el correctivo más grande en casa de las últimas tres temporadas (66-86) en un partido que se torció ya desde el salto inicial y que pese al coraje que pusieron los de Gerard Encuentra, no pudieron revertir la situación, encajando la segunda derrota del curso, la segunda consecutiva y ambas ante rivales burgaleses. Lo más positivo fue la afición, de nuevo de diez, apoyando en todo momento y despidiendo al equipo con aplausos.

El ICG Força Lleida entró en el partido exhibiendo su peor versión, sin tensión ni intensidad defensiva y cometiendo errores de bulto que le costaron caro. Por fortuna, el Tizona tampoco anduvo mucho mejor y el marcador al inicio parecía más de un partido de fútbol que de baloncesto (0-3, m.3). Pero el problema fue que la empanada mental con la que comenzaron los de Gerard Encuentra continuó en el tiempo, mientras que el cuadro burgalés afinó su puntería y la brecha empezó a ser ya peligrosa. Algo más de cuatro minutos y medio tardó el Força Lleida en anotar sus dos primeros puntos, una penetración de Lobo, la única arma de los locales durante toda la primera mitad.El técnico leridano había movido casi todo el banquillo buscando un revulsivo que no llegaba, incluso echó mano del aún renqueante Javi Vega al final del cuarto, pero ni con esas pudo revertir la situación. El 3-12 superado el ecuador del primer periodo obligó a Encuentra a parar el partido, visiblemente contrariado con lo que estaba haciendo su equipo, totalmente desconocido. Las ocho pérdidas en los primeros diez minutos y el nulo acierto exterior –ni un solo tiro de perímetro– permitió a los burgaleses llegar al final del primer asalto dominando por 11 puntos (13-24), aunque llegaron a ganar por 13 (8-21).No mejoró la situación en el arranque del segundo. El ICG Lleida seguía negado en ataque –su único recurso seguían siendo las penetraciones– y el Burgos lo aprovechó para mantenerse por encima de los diez puntos, pero sin llegar a romper el partido. Eso dio algo de aire al cuadro leridano, y más tras el primer acierto exterior, un triple de Matulionis que tuvo un efecto revulsivo (24-32, m.16). Ocampo paró el partido rápidamente y Vilà, una pesadilla para la defensa leridana, volvió a situar a los suyos por encima de la decena gracias a un 2+1 (24-35).Pero el ICG Força Lleida estaba en clara línea ascendente y gracias a la mejoría en defensa y algún que otro error visitante logró reducir la renta hasta los cinco puntos (34-39). Parecía que sería capaz de darle la vuelta al marcador, pero un triple de Cremo tras otro tiempo muerto de su entrenador dejó la diferencia en ocho al descanso (34-42), una diferencia que, habiendo firmado una de las peores primeras partes que se le recuerdan a este equipo, era del todo remontable, y más con el apoyo de una afición que nunca desfalleció pese a lo que estaba presenciando.A la vuelta de los vestuarios el guión fue el mismo, un Lleida volcado en la remontada y un Burgos parapetado atrás defendiendo su ventaja. Aunque la renta visitante volvió a los diez puntos tras un triple de Jacobo Díaz, el ICG Lleida logró meterle el miedo en el cuerpo a su rival al situarse a tan solo cuatro puntos (46-50, m.28). Y cuando la remontada parecía más cerca, el Tizona volvió a golpear duro, primero con un triple de Seoane y luego con un 2+1 de Jacobo Díaz que situaba la renta en 12 puntos (47-59), que Brito, con un triple postrero, se encargó de dejar en nueve (50-59), dando cierta esperanza a una remontada que pronto se desvaneció. Un parcial de salida de 2-8 situó la desventaja en 15 puntos (52-67, m.32) y pese a que Encuentra paró el partido, no pudo hacer nada para revertir la situación y el Burgos, que anotó seis triples en este último periodo, cerró un duelo para olvidar para los leridanos con su máxima renta, 20 puntos (66-86). Es la peor derrota en el Barris Nord desde que Gerard Encuentra dirige al equipo. La anterior databa de la temporada 2020-2021 frente al Girona (89-111), con Gustavo Aranzana y en un duelo afectado por la Covid.