Resurgen a lo grande

El ICG Força Lleida se dio ayer un baño de confianza después de dos duros reveses ante Tizona Burgos y Cantabria que le dejaron en zona de descenso, de donde salió ayer tras conseguir una gran victoria frente al rival directísimo como el Melilla, que cayó arrollado (96-62) en una segunda mitad soberbia de los leridanos, con un parcial global de 57-27 y un acierto en el triple por encima del 40%, nada que ver con el 21% que llevaba hasta ayer. Al final 34 puntos, la diferencia más grande por la que nunca ha ganado el equipo en toda su historia, superando los 30 del año pasado ante el Estudiantes (96-66).

El inicio de partido fue un calco del último en Cantabria. Los de Gerard Encuentra entraron predispuestos y un 5-0 de salida así lo atestiguó, pero pronto volvieron los fantasmas y el Melilla le dio la vuelta al marcador con un parcial de 0-7 (5-7, m.3). El equipo estaba cometiendo los mismos errores en ataque, muy precipitado y ansioso por anotar, si bien esta vez la sangría no fue tal gracias a que la defensa, la que no existió en Torrelavega, fue más intensa y no dejó tantos espacios ni balones francos para que el rival anotara fácil. El partido se mantuvo igualado hasta el final del primer periodo, que cayó del lado melillense por dos puntos (19-21), aunque las alarmas saltaron en el arranque del segundo tras un parcial visitante de 0-5 en minuto y medio, que elevó la desventaja hasta los siete puntos (19-26). Encuentra, que tenía que echar mano de Cuéllar y Matulionis en posiciones interiores ante la baja de Thomas –ya sabía que no iba a seguir en el equipo–, paró rápidamente el partido y reorganizó los sistemas. Por fortuna, el equipo reaccionó y de qué manera. Le devolvió el parcial con otro de 10-0 para tomar el mando en el ecuador del cuarto (29-26), gracias precisamente a una de sus asignaturas pendientes, el triple. Dos seguidos de Varela y Hasbrouck, que empezó enchufadísimo, sobre todo recuperando balones (llevaba 4 al descanso), dieron un respiro a los leridanos, que recuperaron la máxima renta de cinco puntos (34-29), que en el intermedio quedó reducida a cuatro tras otro triple de Hasbrouck sobre la bocina de final de posesión.En la reanudación el partido dio un vuelco total. El Força Lleida salió con otra actitud, muy intenso atrás y con ataques mucho más certeros. Esto le permitió tomar cierta ventaja hasta que con el 54-45, Monclova paró el partido. Los triples estaban manteniendo a su equipo a flote ante un Força Lleida que tenía a Kuath dominando la pintura y a Lobo y Vega acribillando su aro desde los 6,75 (dos cada uno). Los leridanos cerraron el tercer cuarto ganando por 14 puntos (70-56) y rompieron el partido con un 7-0 de salida en el último (77-56). Los norteafricanos, que tardaron casi cinco minutos en anotar su primera canasta, estaban fuera del partido y el Força Lleida lo aprovechó para gustarse.