MOTOR DAKAR 2024
Eduard Pons: 'El Dakar no te lo regalan'
Quiere volver al raid de Arabia con Jaume Betriu, del que dice que es “un gran navegante”
Sin tiempo para descansar, ya negocia el regreso
Sin apenas tiempo para descansar desde que el sábado regresó a Lleida, dedicado a su empresa, pero también a preparar su regreso a Arabia Saudí en 2025, Eduard Pons (Lleida, 20-1-1968) afirma tener varias cosas claras: “Tengo claro que quiero volver, que quiero hacerlo con Jaume Betriu”, del que explica que “es un gran navegante”, pero también que no lo hará con un vehículo T4, explica a este diario. “Soy un luchador, lo he sido toda mi vida y un Dakar no te lo regalan. Es difícil cuadrarlo todo y es muy difícil acabarlo. Pero ese es el reto. Lo hemos podido hacer y lo hemos podido acabar”, explica el piloto leridano, que ya negocia con tres equipos su regreso. “Será con otro tipo de vehículo, o un T3 o un T1. En dos semanas sabremos el calendario de competición 2024, porque no se puede ir sin haberlo preparado y en dos meses sabremos si volvemos o no”, añade.
Sus esperanzas de acabar en el Top-5 de su categoría, la SSV, se vieron frustradas por los pinchazos que sufrieron desde la primera etapa. “El Dakar es como un tren. Todos tenemos polvo desde el principio. Salimos cada 30 segundos, pero si vas arriba, como los que están por delante van rápidos, puedes subir el ritmo. Si no, es difícil recuperar. Tienes que hacer las dos primeras etapas sin errores, porque el Dakar es un juego de regularidad”, explica Pons.“Nosotros pinchamos el primer día y nos quedamos atrás. Pero acabábamos cada día con una sonrisa porque llegar al final ya es un éxito. Lo que más me llevo es una enseñanza de vida importantísima. Acabas luchando contra tí, porque el principal rival es uno mismo”.
Añade que “desde el momento en que cometes un error que te deja atrás, pasa a ser una carrera de supervivencia. Es una prueba en la que la experiencia cuenta mucho, por eso no me extraña ver a pilotos de mi edad que ganan”. Explica también que el peligro de estar atrás “es que vas con los camiones. Es lo que más me ha asustado, por la dificultad añadida que supone correr entre camiones. La convivencia entre coches o con las motos es sencilla, pero con camiones es muy difícil. Son monstruos contra hormigas”, añade.Entre las cosas que le han sorprendido ha sido la pequeña ciudad que supone el vivac. “Es un espacio de dos kilómetros de largo por uno de ancho en el que estamos más de 8.000 personas. Hay servicio de cocina con pasta las 24 horas, porque a todas horas van llegando competidores, además de los servicios habituales de desayuno, almuerzo y cena. Pero en nuestro equipos, con trece coches, teníamos camión restaurante propio con tres cocineros”.