LLEIDA
Cierra el circuito de Rufea
El Moto Club Segre entrega las llaves del trazado de motocross a la Paeria tras cinco años sin recibir ni una ayuda para el mantenimiento de la instalación municipal
Llevaba la gestión desde 1996
El circuito de motocross de Rufea cierra sus puertas sine die. La instalación municipal, inaugurada en 1996, cesa toda actividad después de que el Moto Club Segre entregara el pasado 15 de mayo a la Paeria las llaves de la instalación que ha gestionado durante 28 años. La entidad, que lleva la gestión de otros tres trazados en la provincia (Bellpuig, Ponts y La Clua de Bassella), ha decidido finalmente desvincularse del trazado de Rufea después de cinco años sin recibir ni una ayuda del consistorio para el mantenimiento de la instalación, que es de titularidad municipal.
“El 27 de febrero anunciamos al concejal que no seguiríamos y que sacábamos todas nuestras pertenencias del circuito, y que el 15 de mayo entregaríamos las llaves, como así hicimos. A partir de ahí, hubo una reunión urgente con el alcalde en la que admitió que la culpa era suya, que no habían estado a la altura, y si había alguna manera de reconducir la situación. Evidentemente, cuando el Moto Club Segre toma esta decisión después de 28 años gestionando la instalación no puede dar marcha atrás tras pasar cinco años muy duros”, explica Jaume Curcó, vicepresidente del Moto Club Segre y responsable de la sección de Lleida.
Desde 2019, cuando dejan de llegar las ayudas con el anterior equipo de gobierno, el club ha costeado con fondos propios los gastos de mantenimiento del trazado, que ascienden a unos 22.000 euros anuales, sufragados hasta entonces a partes iguales entre el club y el consistorio, según apuntó Curcó. Pero el detonante del conflicto llega en 2022, cuando la instalación queda fuera de la red de regadío de la partida de Rufea, una decisión que la dejó sin toma de agua, algo primordial para adecentar y tener preparado el circuito para acoger pruebas y entrenamientos. Pese a que el actual gobierno municipal se comprometió a finales del pasado año a hacer llegar el agua al circuito, de momento todo han sido largas, lo que ha colmado la paciencia del club.
El concejal de Deportes, Jackson Quiñónez, explicó que la elevada inversión, que cifró en 45.000 euros, ya que la toma de agua hay que cogerla de la red principal que está a 1,5 kilómetros del circuito, lo ha retrasado todo y espera que en verano ya esté todo solucionado, si bien reconoció que “no solo es llevar el agua y la luz, sino que hay un desgaste por parte del club”. También dejó claro que “no vamos a dejar morir el circuito. Intentaremos dejarlo con unos mínimos y ver si el Moto Club Segre reconsidera su postura y quiere seguir con él, o ofrecerlo a otros clubes de la ciudad”.
En este sentido, Jaume Curcó fue claro y directo. “El Moto Club Segre no volverá a gestionar esta instalación. Qué sentido tiene tener una instalación cerrada, sin actividad. El Moto Club Segre trabaja con voluntariado, nadie cobra nada, y hemos tocado fondo con Rufea”, aseguró, y reconoció que “este circuito es como un hijo para mí. De hecho, no pude asistir a la inauguración porque ese día nació mi hija, y evidentemente estoy tocado emocionalmente, y a nivel de club muy dolidos”.
Más de 300.000 euros invertidos y más de 140 carreras organizadas
Gestionar el circuito de Rufea, pese a ser de titularidad municipal, no le ha salido gratis al Moto Club Segre, que lleva invertidos más de 300.000 euros en los 28 años que lleva al frente de la una instalación que puso en el mapa mundial gracias a su vinculación con Marc Márquez. Allí organizó el campeón mundial varios de sus campus y también los entrenamientos del Dirt Track que se celebró durante unos años en el Palau Sant Jordi, disciplina que reflotó con la construcción de un circuito, que ahora está plagado de maleza. A nivel competitivo, el club ha organizado en Rufea más de 140 carreras, desde Campeonatos de Catalunya, provinciales y pruebas del trofeo de la propia entidad.