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FÚTBOL INTERNACIONAL

El leridano Jesús Imaz, campeón de Liga en Polonia

Con el Jagiellonia Bialystok, con el que ha marcado 14 goles esta temporada

Jesús Imaz i la seua esposa, María Cañas, amb el trofeu de campió el dia que va guanyar la Lliga.

Jesús Imaz junto a su esposa, María Cañas, con el trofeo de campeón el día que ganó la Liga.

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“Nunca pensé que podía competir por ser campeón de Liga y tampoco ganarla”. Pero Jesús Imaz (Lleida, 26-9-90), a sus 33 años, ha logrado el sueño de todo futbolista profesional y se ha proclamado campeón de la Liga de Polonia con el Jagiellonia Bialystok, un equipo que, recuerda, “el año pasado estuvimos luchando por no bajar. Pero hemos sido como el Girona aquí, compitiendo con los grandes de siempre. Ha sido increíble. Hemos batido el récord de goles de este siglo en la competición, 77”, añade, de los que él ha marcado 12, además de otros 2 en la Copa y ha dado cuatro asistencias.

Jesús Imaz ha cumplido su séptima temporada en Polonia. Tras destacar en su club de toda la vida, el Lleida, en Segunda B, en 2014 fichó por el Llagostera, que estaba en Segunda A. Pasó por el UCAM Murcia y el Cádiz, también en la división de plata y “como no tenía los minutos que me hubiera gustado, les pedí marcharme y cuando me llamaron del Wisla de Cracovia no me lo pensé demasiado”.También despuntó en el equipo polaco, hasta el punto de que fue traspasado a su actual club, el Jagiellonia Bialystok. Ese año, 2019, firmó su mejor temporada goleadora: “marqué 6 con el Wisla y 10 con el Jagiellonia, con el que llegamos a la final de la Copa”.Vive en Bialystok, una ciudad de 300.000 habitantes, con su esposa también leridana, María Cañas y su hijo Nicolás, de 3 años. “Me adapté con facilidad y estoy muy a gusto. Lo peor es el frío, pero se vive bien y la vida es más barata que aquí. La gente al principio es un poco fría, pero son muy amables”. Afirma que “la Liga allí es más física, pero está cambiando. Cada vez llegan más jugadores técnicos”.Después de siete años explica que “ya doy entrevistas en polaco y puedo llevar conversaciones, aunque el que mejor lo habla es mi hijo, que lo ha aprendido en el colegio”. Sobre la cercanía con Ucrania, país con el que Polonia tiene frontera, explica que “no la notamos, solo en que llegan muchos ucranianos y en los colegios hay más niños, pero hay preocupación porque está al lado”. Todavía le queda un año de contrato y no le importaría seguir “como entrenador, allí o aquí”.

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