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El esloveno Tadej Pogacar .EFE/EPA/KIM LUDBROOK

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El esloveno Tadej Pogacar (UAE) se ha unido a la leyenda del Galibier con una colosal victoria en la cuarta etapa del Tour de Francia, disputada entre Pinerolo y Valloire, de 139,6 km, primera cita de montaña en la que ha mostrado una superioridad que le encamina hacia su sueño de lograr este año el doblete Giro-Tour.

Intratable Pogacar (Klanec, 25 años) con una demostración personal y del UAE que han dejado claro quiénes son los jefes del Tour. El esloveno ha destrozado la etapa en el Galibier para recuperar el maillot amarillo y marcar un territorio propio de un campeón.

La exhibición en solitario desde los últimos km del Galibier hasta Valloire ha permitido al "Príncipe de Mónaco" alzar los brazos con un tiempo de 3h.46.38, a una media de 37 km/h. Ha sido su decimoquinta victoria de la temporada y la número 78 de su palmarés, entre ellas 12 en el Tour.

El golpe de Pogacar, con 18 segundos de bonificación incluidos, 8 en el Galibier y 10 en meta, no ha sido definitivo, pero sí significativo. Le han seguido en meta a 35 segundos Evenepoel, Juan Ayuso y Roglic; a 37 Carlos Rodríguez y Vingegaard, a 53 Mikel Landa, y el gran derrotado, el ecuatoriano Richard Carapaz a 5.10, despojado del maillot amarillo. También ha dado la de arena Enric Mas, perdiendo 4.01.

Latigazo a la general, ya definida. El Galibier ha señalado a los fuertes y los débiles. Pogacar vive tranquilo con 45 segundos sobre Evenepoel y 50 sobre Vingegaard, quien no ha dicho su última palabra. Ayuso, cuarto, es el primer español a 1.10 minutos, le sigue Roglic a 1.14, Rodríguez a 1.16 y Landa a 1.32.

"Estoy muy feliz, este era el plan y lo hemos ejecutado perfectamente, Ha sido un sueño de etapa. Rematar solo ha sido maravilloso. Quería ganar, conozco el recorrido, entreno por aquí, corro en casa, es precioso estar en estos escenarios", ha dicho Pogacar vestido de amarillo

Lazkano, García Pierna y Cristian Rodríguez, en la fuga

El "Giro de Francia" ha salido de Pinerolo para dirigirse a Francia y afrontar la primera gran cita con la montaña. Era el "día del Galibier", el examinador de los favoritos, el coloso histórico donde se iban a explicar los candidatos a la gloria. De entrada, casi a balón parado y sin anestesia, el pelotón ha empezado a subir Sestrières (2a, 39,2 km al 3.7 %).

Fase de calentamiento en la subida más larga del Tour 2024. Se han metido en la fuga con licencia del pelotón 17 hombres, entre ellos los españoles Oier Lazkano, Raúl García Pierna y Cristian Rodríguez, el campeón del mundo Van der Poel, los franceses Gaudu, Gregoire y Barguil y el británico Stephen William, quien ha coronado en cabeza.

El grupo del líder Richard Carapaz a 3.30 minutos, pero era el UAE de Pogacar el que llevaba la batuta, con los hombres de Vingegaard atentos, sin permitir demasiadas alegrías a la fuga, mantenida en todo momento "al baño maría".

William, todo un ganador de la Flecha Valona en el Muro de Huy y del Tour Down Under esta temporada, ha vuelto a coronar al mando de la avanzadilla en el Col de Montgenèvre (2a, 8,3 km al 6%), punto fronterizo entre Italia y Francia.

El UAE provoca un destrozo en el Galibier

Era el preludio del Galibier, pero antes, en el descenso camino de Briancon, el UAE tirando a bloque ha provocado un inquietante corte en el pelotón principal que ha obligado al Visma de Vingegaard a tomar cartas en el asunto para restablecer la normalidad. Politt, el gigante alemán al servicio de Pogacar ha tensado la cadena hasta el punto de poner en apuros a Carapaz, quien ha tenido que emplearse a fondo para volver a su sitio. Un aviso, un detalle.

Ha sido el preludio antes de la batalla del Galibier, el segundo puerto más visitado tras el Tourmalet, un escenario de leyenda, conquistado por primera vez en 1911 por Emile Georget. A pie de puerto (categoría especial 22,9 km al 5,1%), con la cima a 2.642 metros, la escapada estaba sentenciada a 2 minutos. El grupo de los favoritos tenía cita con el combate. Primer examen para la alta jerarquía.

Tras los intentos de fuga de Lazkano, insistente en el empeño, el UAE ha tomado el mando, y de qué manera. Pogacar ha movido a su ejército para machacar a muchos rivales. Primero ha tirado a fondo Soler, luego Almeida y han quedado al frente 8 corredores con mayoría absoluta del conjunto emiratí.

Han claudicado a 5 km de la cima el líder Carapaz, Enric Mas y Thomas. Un fino destrozo en el primer gran puerto. Ocho al comando, con tres españoles, Rodríguez, Ayuso y Landa; con los máximos favoritos, Pogacar, Vingegaard, con Roglic, Evenepoel y Almeida. Un filtro para jugarse la etapa y el Tour de Francia.

El hostigamiento del UAE lo ha rubricado Pogacar en primera persona atacando a 800 metros de la cima. Al principio le ha seguido Vingegaard, pero no duró nada la resistencia danesa. El esloveno iba desatado, pletórico, ha coronado la cima Henri Desgrange solo, con 6 segundos sobre su máximo rival, y bonificando 8 más.

Ya descolgados, a 20 el grupo de Rodríguez, Roglic, Evenepoel y Ayuso, y Richard Carapaz pasando su calvario particular despidiéndose del efímero maillot amarillo.

Pogacar, en magistral monólogo, recupera el amarillo

Descenso peligroso hasta Valloire, de vértigo, con presencia de algunos bloques de nieve en las cunetas, carretera mojada. 18 km a meta con el precipicio a un lado. Lugar para mirar poco a la cuneta y pensar aún menos. Cuestión de valor y riesgo. Pogacar se ha ofrecido para una de sus exhibiciones.

No ha atacado antes Pogacar por el viento en contra, pero una vez que se ha lanzado no le han visto más el pelo. Decisiva la bajada, atrevida. Cuesta abajo el líder del UAE ha aumentado la ventaja con los perseguidores, lo que ha dado una idea del riesgo que ha asumido el nuevo líder.

Pogacar se ha unido a la historia del Galibier en Valloire, meta estrenada en 1972 con el triunfo de un tal Eddy Merckx, en una etapa en la que sufrió Luis Ocaña. En 2019, Nairo Quintana ganó en solitario. El nuevo héroe del Galibier es el probable heredero de Pantani como ganador del doblete rosa-amarillo del Giro-Tour.

Este miércoles se disputará la quinta etapa, entre Saint-Jean-de-Maurienne y Saint Vulbas, de 177,4 km, jornada para que cuaje una fuga si no lo impiden los esprínteres, que tendrán una buena oportunidad. En el trayecto dos cotas, la de Cheval Blanc (1,5 km al 4,6) y la de Lhuis (3 km al 4,9).

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