VAIRES-SUR-MARNE
Miquel Travé acaricia la medalla
Un toque en la puerta 14 cuando estaba marcando el mejor tiempo de la final deja al leridano Miquel Travé sin un podio que ya tocaba con las manos
Consiguió el diploma olímpico al acabar quinto, el mejor resultado del eslalon de Lleida en unos Juegos
Un toque en la puerta 14 impidió al leridano Miquel Travé subir al podio en la modalidad de C1 de piragüismo eslalon de los Juegos Olímpicos París 2024, porque de no haber sido por los dos segundos de la penalización habría alcanzado la medalla de plata, por detrás del francés Nicolás Gestin, campeón indiscutible para el delirio de los aficionados que llenaron la instalación del estadio náutico de Vaires-sur-Marne, con 13.000 espectadores en las gradas.
Travé, que había sido segundo en la semifinal después de una bajada intachable, descendía camino de su momento de gloria, marcando los mejores parciales para situarse provisionalmente primero a la espera de que lo hiciera Gestin. Sin embargo, un toque en esa maldita puerta 14 le arrebató la gloria olímpica. Ya no pudo recuperar el tiempo suficiente porque, además, se quedó un poco atrapado en una ola.
Marcó un crono final de 97.92 con los dos segundos de penalización que le situaban cuarto de forma provisional. Sin ellos hubiera rebasado al británico Adam Burgess, por entonces líder con 96.84, y hubiera saboreado después la plata, lo que le hubiera convertido en el primer palista masculino de eslalon en lograr una medalla y el segundo en general por detrás de la donostiarra Maialen Chourraut.
Hijo del seleccionador en Atlanta 1996, Xavier Travé, que empezó a remar a los ocho años pero que hasta los 14 practicaba fútbol y tocaba el violín, Travé, nacido hace 24 años en La Seu d’Urgell, se presentó en París 2024 ambicioso.
Hablaba de luchar por la final y por un diploma, pero internamente se sabía preparado para luchar con los grandes dioses de la especialidad. “Sé que si estoy en mi máximo rendimiento puedo estar luchando por las medallas”, aseguraba en una entrevista a SEGRE pocos días antes de viajar a París, dejando claro que estar en la final y lograr un diploma olímpico sería un sueño.
Sin embargo, después de estar tan cerca de colgarse una medalla olímpica, el diploma, como logró años anteriores uno de sus referentes, Ander Elosegi, le sabe ahora a poco.
Sucesor precisamente del palista irundarra, cuatro veces diploma olímpico, que también se fijó en Tony Estanguet, el presidente de París 2024 y excampeón olímpico, y en Maialen Chourraut, desde muy joven sabe lo que es subirse a los podios en categorías inferiores y ya sabe lo que es ganar medallas en Mundiales, Europeos y Copas del Mundo absolutas.
Tercero en la general de la Copa del Mundo de C1 en 2021, fue tercero el pasado año en la prueba ‘test’ para esta cita olímpica en el canal situado en las cercanías de París y estuvo a punto de mejorarlo incluso. Superó el sábado la ronda clasificatoria con solvencia, con una sexta plaza en la primera manga, y en la semifinal firmó una gran bajada para acceder a la lucha por las medallas con un crono de 96.69, tan solo mejorado por Nicolas Gestín (93.12). Y realmente cumplió con la hoja de ruta marcada en la bajada definitiva hacia la gloria.
En su bautismo olímpico, el palista de La Seu d’Urgell quería dar lo mejor de sí mismo para superar a sus ídolos y realizar una bajada sensacional en un repleto centro acuático de Vaires-sur-Marne. Entre el ruido de los aficionados, Travé fue sorteando puertas con mucha seguridad, dominando un recorrido repleto de rulos muy técnicos y revirados.
Un circuito muy cambiante de un día a otro en función de las condiciones. Superado el ecuador del recorrido, el leridano, que bajó el penúltimo, estaba marcando el mejor tiempo de los finalistas hasta que llegó el fatídico toque y que le dejó a poco más de un segundo de la medalla.
Decepción y pena en su rostro al acabar el descenso, sabedor de que era una oportunidad inmejorable que se le había escapado de las manos y que ahora tendrá que buscar los próximos días en la nueva modalidad del kayak cross.
Sin esos dos segundos de la fatídica penalización la plata era suya, porque al margen de Nicolás Gestin, intratable con 91.36, el británico Adam Burgess concluyó segundo con 96.84 y el eslovaco Matej Benus tercero con 97.03. Otro de los grandes ilustres como el alemán Sideris Tasiadis, bronce en Tokio, fue cuarto con 97.27 y el campeón olímpico en Tokio y mundial, el esloveno Benjamin Savsek, concluyó undécimo con 144.93 tras saltarse una puerta.
“Estoy jodido, lo he tenido y se me ha escapado”
“Estoy jodido. Sé que es un buen resultado y si me dicen hace un tiempo un quinto puesto en París, pues lo valoraría, pero lo he tenido en las manos y se me ha escapado”. Con estas palabras valoraba Miquel Travé lo vivido ayer en la final. “No es fácil estar tan cerca y que se escape, pero este es el juego y hemos venido a jugar”, declaró, para añadir: “Es cruel, es así. No es injusto ni justo. Al final, el mejor del mundo puede perder y el peor del mundo puede ganar. Esta vez me ha tocado bajarme a mí del podio”, añadió.Además, reconoció que estar “tan cerca” de las medallas “es duro”, pero que cuando pase el tiempo, lo valorará. “Creo que cuando lo vea con perspectiva, voy a ver que en los primeros Juegos Olímpicos poder ser quinto es un buen resultado, pero ahora mismo duele”, afirmó. “Ahora mismo me quedo insatisfecho y eso es lo que me importa. A Los Ángeles voy a ir con más hambre”, advirtió.Sobre su problema con la puerta 14, en la que tocó uno de los palos y recibió una penalización, aseguró que son “cosas del deporte”. Por último, Travé ya piensa en el novedoso kayak cross. “Intentaré sacar un poco toda mi rabia, toda mis fuerzas, sacar un buen resultado. Una vez pasado, quiero terminar la temporada y empezar a preparar Los Ángeles”, subrayó.