DEPORTES
Ai Tsunoda roza el bronce
Un error cuando creía tener el combate controlado privó a la leridana de subir al podio olímpico
Hoy debuta la nadadora Pau Juste
Ai Tsunoda se quedó muy cerca de subir al podio en su bautizo olímpico. La leridana, una de las promesas más relevantes del judo español, perdió el bronce cuando parecía que lo tenía en el bolsillo y alimentó la lista de judokas españoles que en este siglo se han quedado a las puertas de una medalla olímpica. La joven leridana, de 22 años, cedió en el combate por el bronce ante la austriaca Michela Polleres, plata en los Juegos Olímpicos de Tokio. Fue un día donde los errores pesaron más que el ímpetu de una deportista con un futuro formidable, campeona del mundo cadete y otras dos veces júnior.
El día para Tsunoda, que había eludido la primera ronda por ranking, había empezado en octavos de final con la eslovena Pogancik, a la que derrotó por waza-ari con un espectacular seoi-nage, una llave de lanzamiento. Con eso se aseguraba una repesca y un diploma olímpico nada desdeñable –el segundo para la representación leridana tras el logrado por Miquel Travé en piragüismo–, pero las cosas pronto se iban a tornar más difíciles. En cuartos se cruzó contra la croata Barbara Matic, la número uno del mundo. Fue un combate complicado, trabado, duro en cada uno de sus segundos. La balcánica era más alta y sus extremidades más largas le daban cierta ventaja en los agarres, pero Tsunoda es fuerte, tiene un tren inferior duro y se defendía. El problema fueron las penalizaciones. Primero, llegó con dos shido al final del combate. Uno más en la técnica de oro la condenaba y eso fue exactamente lo que pasó. Un kumikata defensivo fue la tercera amarilla. Le tocaba olvidarse de las dos medallas más grandes y pensar en la repesca para aspirar al bronce. Aunque era una derrota, haber igualado un combate con una judoka de esa categoría daba grandes esperanzas.En el cuadro alternativo, el del repechaje, se encontró a Saki Niizoe, y en este deporte Japón tiene un peso. Pero Tsunoda, de madre francesa y padre japonés, fue mejor, la fue arrinconando y sacándole penalizaciones. La tercera llegó, cómo no, en la técnica de oro. Con eso se iba a la final de consolación, al final del camino esperaba el bronce, y dejaba a Japón, una tarde más, sin medalla en el tatami.Su rival por el bronce, Polleres, era dura. Tercera de la clasificación mundial que ya había pisado el podio mundial dos veces, bronce, y aunque una lesión en la rodilla el año pasado frenó su progresión, ponía la experiencia que a la leridana le faltaba. Tsunoda fue anunciada en primer lugar. Salió con paso firme con su madre y preparadora Cecile Roustant detrás. Iba a ser un combate a la antigua usanza, cuatro minutos de técnica. Tsunoda llevaba la iniciativa, pero cometió un error infantil. Creyó tener a su adversaria derrotada con la espalda cercana al suelo y se lanzó como un lobo a por ella, pero Polleres se giró a tiempo y mandó a la leridana a la lona. Un Ippon en toda regla, la puntuación más grande, y otro combate de repesca que el judo español tendrá que lamentar. La austriaca dominó mejor los nervios y las inercias, entendió que con cierta calma sería mucho más capaz de afrontar lo que venía por delante. Fue mejor, más decidida, más experta, más capaz de imponerse en la tensión de los Juegos. Tsunoda, con su cabeza rapada y su mirada perdida, tiene el futuro para ella. Ya sabe lo que son unos Juegos, ya es consciente del trabajo que tiene que hacer para volver al mismo lugar y, con más bagaje, no perder la concentración, no cejar en el empeño, conseguir que su habilidad brille por encima de sus rivales. No es el momento todavía, pero el futuro es brillante para ella.Hoy le toca el turno a Paula Juste de hacer su bautizo olímpico. La nadadora del CN Lleida, que será la quinta representante leridana en debutar en los Juegos de París –solo faltan Saúl Craviotto y Berta Segura–, afrontará el relevo 4x200 a partir de las 12.05 horas en busca de un puesto en la final de las 21.45.
La leridana se irá de los Juegos con la consolación del diploma, el segundo para Lleida tras el de Travé La palista australiana arrasó y se colgó el segundo oro en París 2024 después de haber ganado ya el de K1
Mònica Dòria, de 24 años, hizo ayer historia al conseguir el primer diploma olímpico para el deporte andorrano. La palista del Cadí Canoe Kayak de La Seu d’Urgell fue tercera en las semifinales y partía entre las favoritas a medalla en la gran final, pero dos penalizaciones en las dos primeras puertas y otra en la séptima echaron al traste sus opciones de subir al podio, acabando con un tiempo de 113.58 que le situaba sexta y, por tanto, diploma olímpico.
La donostiarra Miren Lazkano, que completó una buena participación en su estreno olímpico, tampoco pudo subir al podio y acabó décima con 116.27.Por su parte, la australiana Jessica Fox demostró que es la reina absoluta del eslalon al completar ayer un doblete histórico al apuntarse su segundo oro en París 2024 con un incontestable triunfo en C1, al que hay que unir el logrado en K1, y aún podría alcanzar el triplete si sube al podio en el kayak cross, modalidad que se estrena en unos Juegos. La australiana, que ya acumula seis medallas olímpicas, había sido segunda en la primera serie y en la semifinal. En la final marcó un tiempo de 101.06 y aventajó a la alemana Elena Lilik (103.54), plata, y a la estadounidense Evy Leibfarth (109.95), bronce.
“He cometido un error que he pagado caro”
“He cometido un error que hago a veces en los entrenamientos y lo he pagado caro en el combate para el bronce”, dijo Ai Tsunoda sobre la maniobra en la que se dejó al descubierto y propició el agarre de la austriaca Polleres. La leridana, que este año ha vivido en Tokio para cursar sus estudios universitarios, aseguró que sus primeros Juegos Olímpicos han sido una “experiencia enriquecedora”, a pesar del mal trago de la derrota en la lucha por el bronce. La judoca defendió también su estilo ofensivo en el tatami. “Cuando mi mejor judo sale, es cuando estoy con luz, con energía, que nadie pueda pararme”, indicó.