PRESUPUESTO
El Hiopos Lleida vuelve con los grandes
Diecinueve años después de la última presencia, la ciudad vuelve a estar en la mejor Liga de Europa. La permanencia, el primer gran reto del Hiopos, que arranca hoy su aventura en Zaragoza
El 15 de mayo de 2005 Lleida vivía el último partido oficial en la Liga ACB. Fue un encuentro que el entonces Lleida Bàsquet, compitiendo bajo el nombre Plus Pujol y que había consumado el descenso a la LEB Oro hacía ya varias semanas, perdió en la prórroga (103-112) ante Estudiantes, precisamente el equipo que hace casi cuatro meses el ahora Hiopos Lleida dejó sin el anhelado regreso a la ACB en una Final Four de Madrid histórica, donde el cuadro de Gerard Encuentra logró el segundo ascenso de un equipo leridano a la mejor Liga de Europa.
Diecinueve años después, Lleida vuelve a codearse con los grandes y lo hará con la ilusión por bandera, pero con ambición. Meses antes de lograrse la hazaña, y viendo que el ascenso era algo plausible a tenor de la gran campaña que estaba haciendo el equipo –se quedó a una victoria del campeón–, la directiva ya comenzó a allanar el camino asegurándose acuerdos económicos antes incluso de lograrse el objetivo. La respuesta de las instituciones y de las empresas ha estado al nivel de la categoría en la que jugará el equipo, así como la afición, que ha completado los 4.000 abonados que el club se puso como objetivo. Todo ello para hacer frente a un presupuesto récord para el Força Lleida de 4 millones de euros, medio millón más de lo que exige como mínimo la ACB.
Ganada la batalla en los despachos, la otra ardua tarea era confeccionar una plantilla lo suficientemente competitiva como para luchar por la permanencia, que es el primer gran objetivo de Gerard Encuentra y su staff. Para ello se ha rodeado de jugadores que en su mayoría tienen experiencia en la categoría o en el baloncesto europeo, si bien el primer jugador anunciado para el histórico proyecto no cumplía ninguna de esas premisas, todo lo contrario. Fue Rafa Villar, uno de los grandes artífices del ascenso y que a sus 20 años recién cumplidos tiene un gran futuro por delante. Él y Kenny Hasbrouck son los únicos supervivientes de la plantilla del ascenso. Después llegaron los otros tres jugadores que completan las plazas de cupos nacionales, todo ellos, al igual que Villar, con pasado en el Barça: Oriol Paulí, Pierre Oriola y Michael Caicedo. Además, los tres llegan con ansias de reivindicarse después de no gozar de minutos en sus anteriores equipos. El pívot de Tàrrega regresa diez años después al Força Lleida con un palmarés inigualable (dos Ligas ACB y campeón del mundo con España, entre otros títulos), pero con la ambición de recuperar su juego tras superar una larga lesión. También buscan su cuota de protagonismo Paulí, tras dos años en el Barça sin minutos, y Caicedo, después de dos cesiones a Granada y Girona. La dirección deportiva ha apostado fuerte por jugadores experimentados y polivalentes, como el ala-pívot finlandés Alexander Madsen (MoraBanc Andorra), el alero estadounidense Thomas Bropleh (Shizuoka Veltex japonés), que regresa dos años después a la ACB; el ala-pívot croata Luka Bozic, MVP de la Liga Adriática las dos últimas campañas que llega cedido por el Valencia y que ha sido el más destacado de la pretemporada, y los estadounidenses Dee Bost (base) y Corey Walden (escolta), que la pasada campaña compartieron vestuario en el Galatasaray y que no ocupan plaza de extracomunitario al tener el pasaporte búlgaro y serbio, respectivamente, igual que Bropleh, que tiene la nacionalidad de Liberia.
Los dos últimos en llegar, ambos con un contrato provisional, han sido el pívot estadounidense Derek Cooke y el ala-pívot esloveno Edo Muric. Todos ellos bajo el mando del líder del proyecto, un Gerard Encuentra que se estrena en ACB como el técnico más joven de la Liga.
Un Barris Nord modernizado y una afición entregada
El ascenso del Força Lleida a la Liga ACB ha comportado una serie de mejoras en el Barris Nord, una instalación que se construyó en 2001 en tiempo récord precisamente porque el entonces Lleida Bàsquet, ya desaparecido, subió a la máxima categoría. En estos 23 años, el recinto apenas ha sufrido mejoras significativas, lo que ha obligado a la Paeria a acometerlas ahora, también a contrarreloj, para cumplir con la normativa ACB.Una de las primeras obras fue el cambio del parquet, que era el que se colocó en 2001, con un coste de casi 200.000 euros, sufragados conjuntamente por Paeria y Diputación. Además, se ha mejorado el sistema de iluminación, con 32 puntos de luz nuevos que incorporan tecnología LED, y se han cambiado las canastas, los videomarcadores y los marcadores de posesión, lo que ha supuesto otra inversión de 200.000 euros. En cuanto al ámbito social, el club ya ha alcanzado los 4.000 abonados, la cifra prevista, que dobla la que había la pasada temporada, siendo la peña Nucli Bordeus la punta de lanza de una afición entregada, como ya demostró en la Final Four de Madrid con un millar de seguidores en semifinales y cerca de 1.500 en la gran final. En el debut de hoy en Zaragoza está previsto que asistan más de 800 aficionados.