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Impotencia total: el Hiopos Lleida solo aguanta un cuarto y acaba vapuleado por el Unicaja

El Hiopos Lleida solo aguanta un cuarto y acaba vapuleado por un Unicaja que le triplicó en valoración. Las 24 pérdidas y el desacierto en el tiro de tres lastraron al equipo

Dee Bost volvió a demostrar que está lejos de su mejor forma. - ACB PHOTO / MARIANO POZO

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Xavier Pujol/D. TEJEDOR

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Ganar en el Martín Carpena se antojaba casi una misión imposible, como así acabó siendo. El Hiopos Lleida sufrió en sus propias carnes la voracidad de un Unicaja que está, como reconoció el propio Gerard Encuentra en la rueda de prensa posterior, a años luz de los leridanos, que volvieron a mostrar una imagen competitiva, aunque esta vez solo durante el primer cuarto. El parcial de 23-2 en el segundo finiquitó el partido para un Hiopos que perdió la friolera de 24 balones y que volvió a firmar un mal porcentaje en el triple (7 de 26). El 143 a 47 en valoración, más del triple, deja bien clara la diferencia entre el líder y vigente campeón de la Supercopa y un recién llegado a la ACB que, eso sí, no se va a rendir.

Gerard Encuentra sorprendió de salida situando a Walden como director de juego en lugar de Dee Bost, que había sido titular en los dos primeros partidos, quizás buscando la reacción del base de Charlotte tras un arranque de temporada desilusionante que, a la postre, tampoco llegó. Junto al de Florida, cuya posición no le era para nada desconocida, salieron Paulí y Bropleh en las alas y dentro con Oriola y un Madsen que fue protagonista de los primeros minutos para mantener a los suyos por delante con sus seis puntos seguidos (5-8, m.5).Fue la última vez que lo estuvo, ya que Unicaja, en un abrir y cerrar de ojos, se situó cinco arriba con un parcial de 8-0 y dos triples de Kalinoski (13-8). Los de Gerard Encuentra, que en el primer cuarto lograron frenar en buena medida el juego en transición de los malagueños con una defensa 2-3, seguían frustrados en ataque con unos porcentajes en el triple para olvidar, acordes con los del otro día ante el Barça. Seis fallos seguidos, algunos sin apenas tocar el aro y muy forzados, lastraban de nuevo a un equipo que llegó a perder de ocho puntos (20-12). Aun así, sacó la garra al final del cuarto para llegar con un más que aceptable 24-21, después de un triple de Dee Bost sobre la bocina.Unicaja, que ya estaba despertando y exhibiendo todo su arsenal ofensivo, comenzó en modo arrollador el segundo periodo. Dos triples seguidos de Carter elevaron la renta a nueve (30-21). Ahí se desconectó el Hiopos Lleida, que recibió un severo correctivo de un rival que dejó muy claro que ahora mismo está en una forma descomunal. Osetkowski dominaba en la pintura (llegó a dar dos palmeos seguidos para anotar ante la pasividad de la defensa leridana) y Djedovic acribillaba el aro desde los 6,75 para dinamitar el partido con un parcial global de 23-2 en apenas seis minutos, lo que elevó la desventaja hasta los 24 puntos (47-23, m.16). El Hiopos ya había perdido más de 10 balones por entonces.Dos triples seguidos de Dee Bost, que volvió a firmar un partido para olvidar (ni una sola asistencia), frenaron el vendaval de los malagueños, que llegaron al descanso dominando por 23 puntos (54-31). A la vuelta de los vestuarios el guión de partido no varió y el Unicaja, ahora liderado por Tillie, que en sus tres primeras acciones anotó dos triples seguidos y una canasta de 2, llegó a los 30 de ventaja (69-39). Encuentra pidió tiempo muerto y su equipo se puso las pilas y logró reducir la renta hasta los 18 puntos (73-55), tras firmar un parcial de 6-18, con tres triples de un Bropleh que no había anotado ni un solo punto en toda la primera mitad.Pero otro mal arranque en el último asalto, encajando un parcial de salida de los andaluces de 8-0 con sendos triples de Osetkowski y Taylor (rozaron el 50 por ciento, con 13 de 29), volvió a ensanchar la diferencia, que en este periodo llegó a ser de 42 puntos (101-59). El equipo había bajado ya los brazos hacía un buen rato y significativo fue que tras un tiempo muerto con 93-59, de vuelta a la pista los leridanos perdieron hasta cinco balones de forma consecutiva. Derrota de las que duelen, aunque como ya dijo Encuentra antes de comenzar la temporada, no es cómo se empieza sino cómo se acaba.

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