MADRID
El Hiopos Lleida cae 85-78 en la pista del Madrid pero casi remonta 26 puntos de desventaja
Se situó a 3 a 14 segundos del final pero los árbitros decidieron
El Hiopos Lleida fue ayer un equipo de dos caras. Se vistió de míster Hyde en una primera mitad para olvidar, horrible, la peor de la temporada, sin intensidad, ni energía ni acierto, pero en la segunda se enfundó el traje de doctor Jekyll, sacó su orgullo y a punto estuvo de remontar los 26 puntos por los que perdía al descanso (51-25). De hecho llegó a situarse a solo tres de su rival (81-78) faltando 14 segundos para el final, pero una más que discutida falta antideportiva sobre Caicedo finiquitó un partido en el que, como ya sucediera hace una semana en Vitoria, el cuadro leridano se quedó muy cerca de dar la campanada (85-78).
Gerard Encuentra sorprendió situando de inicio a un cinco poco habitual, con Villar en la dirección, Bropleh y Caicedo en las alas y Bozic y Cooke por dentro, un dibujo que no le salió como esperaba y que tuvo que cambiar muy pronto. Antes de cumplirse el minuto 4 paró el partido con 12-2 en el marcador y cambió a todo el quinteto a excepción de Bropleh. Tampoco hubo mejora. Rathan-Mayes acribillaba desde la larga distancia e Ibaka era el dueño y señor de la pintura, atreviéndose incluso a anotar un triple, dejando más claro que nuncaque el Hiopos necesita un interior poderoso lo antes posible. Y a la espera de que por fin pueda jugar Hamilton o pueda llegar otro fichaje (el club no deja de rastrear el mercado), a Oriola no le quedó otra que multiplicarse.
El canterano, de 17 años, tuvo sus primeros minutos en ACB y no desentonó, anotando dos puntos
Encuentra tuvo que pedir el segundo tiempo faltando casi tres minutos para acabar el primer cuarto y con 24-6 en el luminoso. Su mensaje lo decía todo: “¡Dónde está nuestra actitud y orgullo!”, les gritó a unos jugadores totalmente fuera del partido. De vuelta pareció reaccionar el Hiopos con un 0-4, pero fue un mero espejismo y cerró el periodo con 15 puntos abajo (28-13) y, lo que es peor, con una serie de 0 de 7 en triples y perdiendo claramente la batalla del rebote.
La situación no fue a mejor en el segundo asalto, todo lo contrario. Dos triples del canterano madridista Hugo González elevaron la renta por encima de los 20 puntos (36-15, m.13). Esta vez Encuentra no pidió tiempo, sino que hizo debutar al júnior Ferran Mauri, quizás mandando un mensaje subliminal a aquellos jugadores que no estaban dando la talla. El canterano forzó una pérdida en su primera acción y pese a fallar un triple, fue valiente y culminó una gran penetración ante Campazzo, respondiendo a la confianza de su entrenador.
Aun así, el Madrid seguía acribillando desde los 6,75, ahora con Abalde como punta de lanza, para irse al descanso con su máxima ventaja, 26 puntos (51-25). El partido parecía visto para sentencia, más que nada porque la situación requería de un cambio radical en la actitud de los jugadores del Hiopos, ya no solo para entrar en partido, sino para evitar otra sangrante derrota como hace unas semanas en Málaga.
La arenga de Encuentra en el vestuario surtió un efecto instantáneo en forma de un parcial de salida de 0-9, con tres triples, dos de Hasbrouck y otro de Muric en solo un minuto que obligó a Chus Mateo a pedir su primer tiempo muerto (51-34). El Madrid detuvo la reacción leridana de forma momentánea y volvió a tomar 22 puntos de renta (60-38), pero otro parcial de 2-15, con Muric y Oriola de estiletes, redujo la diferencia por debajo de los diez puntos (62-53, m.28). El técnico blanco volvió a parar el partido, pero el Hiopos estaba en modo remontada y llegó a acercarse a cinco (62-57) a base de garra y pundonor que destilaban Oriola y Villar.
Los blancos recuperaron su acierto y tras varias faltas rigurosas sobre los leridanos, la ventaja volvió a situarse por encima de la decena de puntos (81-69) a dos minutos para el final. Pero el Hiopos no se rindió y una canasta de Oriola y siete puntos seguidos de Bropleh, especialista en finales, dejaron la desventaja en solo tres puntos (81-78). Faltaban solo 14 segundos y todo era posible, pero la remontada de los de burdeos acabó ahí por una decisión más que controvertida de los colegiados, que castigaron con antideportiva una falta de Caicedo sobre Deck, una acción que Campazzo había hecho en dos ocasiones, una en el primer tiempo con codazo incluido sobre Villar y otra en el último asalto sobre el mismo jugador que no recibieron el mismo castigo. El Madrid acabó cerrando el partido desde la línea de personal, infligiendo así la quinta derrota del curso al Hiopos, que se va al parón fuera de la zona de descenso.