LOS DETALLES
Excesivo castigo para el Hiopos Lleida
El Hiopos Lleida sucumbe en Badalona lastrado por su pésimo acierto en el tiro. Reaccionó cuando estaba 18 puntos abajo arropado por un millar de aficionados en el Olímpic
El Hiopos Lleida sucumbió ayer en el derbi catalán en Badalona lastrado por una mala primera parte en defensa y un pésimo acierto en ataque, con un 43% en tiros de dos puntos y un 24% en triples ante un Joventut excelso en ataque, liderado por un Kassius Robertson letal con sus 29 puntos. La calidad acabó imponiéndose en un duelo en el que los de Gerard Encuentra, tras levantar casi 18 puntos en el tercer periodo (62-60), se mantuvieron vivos hasta los minutos finales del último cuarto, cuando se dejaron ir y encajaron un parcial de 8-0 en 10 segundos para dejar un 92-72 totalmente irreal.
Tras un arranque igualado (8-8, m4), el acierto de Goodwin en la pintura y las penetraciones de Paulí permitieron al Hiopos lograr una máxima renta de cinco puntos superado el ecuador del primer periodo (10-15, m.7). Pero todo cambió radicalmente con la salida a pista de Robertson y la primera desconexión de los de leridanos. El estadounidense dinamitó él solito el partido con ocho puntos seguidos, incluido un triple y un 2+1 que, unido a otra canasta de Kraag, completaron un parcial de 10-0 que permitió al Joventut darle la vuelta al marcador (20-15, m.9) en apenas dos minutos, obligando a Gerard Encuentra a pedir el primer tiempo muerto.
Bropleh jugó con secuelas de la gastroenteritis que impidió jugar a Walden, dos de las referencias ofensivas
Los leridanos, que estaban muy fallones en el tiro a diferencia de los verdinegros, que alcanzaban un 70 por ciento en el tiro de dos, frenaron la sangría al final del cuarto y recortaron al inicio del segundo con un 2+1 de Van der Vuurst (22-19), que volvía al Olímpic después de su cesión. Pero de nuevo Robertson sacó su fusil para recuperar los seis de renta con un triple y liderar otro parcial, ahora de 11-2, apoyado por sendas canastas seguidas desde más allá de los 6,75 de Guillem Vives. Encuentra no tuvo más remedio que parar otra vez el partido a los dos minutos y medio de la reanudación, ya que el Joventut estaba cerca de romper el partido (33-21).
La situación no solo no mejoró, sino que fue a peor. La Penya empezó a jugar con sus torres y Tomic hizo estragos en la zona leridana y Pustovyi en la propia con tres tapones casi seguidos ante las penetraciones de los leridanos, que seguían negados desde el perímetro. La desventaja fue creciendo hasta llegar a los 18 puntos (46-28, m.17). El Hiopos Lleida, con Bropleh mermado por una gastroenteritis que dejó fuera de combate a Walden antes de empezar el partido, se tambaleaba, pero no se vino abajo. Un triple de Paulí, el más clarividente ayer, rescató a su equipo y los tiros libres de Bozic y Van der Vuurst, que añadió un triple desde más de siete metros, permitieron recortar la distancia a doce al descanso (50-38), un mal menor.
El dominio en la pintura, con Dekker muy acertado, permitió al Joventut mantener la renta sobre los 13 tantos (60-47, m.25) en el inicio del tercer periodo, pero a partir de ahí el Hiopos Lleida empezó la operación remontada. Un triple de Bropleh y dos tiros libres de Villar bajaron la desventaja a ocho (60-52) y obligaron a Dani Miret a pedir tiempo muerto. De nada sirvió y los de Burdeos, arropados por el millar de seguidores, ampliaron el parcial hasta un 2-13 al final del periodo que dejó el marcador en un apretado 62-60.
Los leridanos gozaron de varios ataques para darle la vuelta al marcador, pero los tiros no entraron y el Joventut volvió a tomar ventaja gracias a dos triples seguidos de Robertson (68-63). El Hiopos, sin juego interior con el que oponer resistencia a las torres gemelas verdinegras, lo apostó todo al triple, y la apuesta le salió fallida. Robertson y Dotson, que apareció después de tres cuartos casi desaparecido, se bastaron para volver a situar la renta por encima de los diez puntos (81-70) a falta de poco más de dos minutos para la finalización del partido, tiempo en el que los de Gerard Encuentra se vinieron abajo por completo, perdiendo balones y permitiendo a los verdinegros anotar ocho puntos en los últimos diez segundos que dejaron un escandaloso 92-72, un castigo excesivo por lo visto en todo el partido.