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El Hiopos Lleida planta cara al Madrid pero acaba cediendo al final

El Hiopos planta cara al líder, levanta dos marcadores adversos de 15 y 11 puntos, pero acaba cediendo al final. La calidad del Madrid y las decisiones arbitrales, determinantes

La grada del Barris Nord

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Está claro que para ganar al Real Madrid no solo tienes que estar rayando la perfección en tu juego y que los blancos no tengan el día, que ayer no pasó ni lo uno ni lo otro, sino que también debes confiar –o más bien tener mucha fe–, en que el arbitraje sea imparcial, que tampoco lo fue. 

Decir que la actuación de los colegiados fue la causa de la derrota del Hiopos Lleida sería faltar a la verdad, pero no cabe duda que la tripleta de negro fue un rival más con el que los de Gerard Encuentra tuvieron que lidiar ayer, al margen de un Madrid que tiró de calidad individual y de las ayuditas arbitrales como ya sucediera en la ida en el WiZink Center, para encadenar la octava victoria en Liga y mantenerse líder, ahora en solitario, en vísperas de la Copa del Rey.

El Hiopos tuteó al Madrid. Obligó a Chus Mateo a tener que echar mano de sus titulares en los momentos calientes para evitar la cuarta derrota de los blancos en su quinta visita al Barris Nord. Llegó a levantar sendos marcadores muy adversos, de 15 puntos en el primer cuarto y de 11 en el tercero, y se situó con ventaja, pero no fue suficiente para dar la campanada. La enorme calidad de los Hezonja, Llull, que llegó a la 1.000 triples en la ACB (por delante solo quedan Navarro y Herreros), Tavares, Abalde y compañía acabó imponiéndose en un tramo final en el que a los leridanos les faltó acierto.

No comenzó nada bien el partido. Parcial de 0-7 con Tavares haciendo mucho daño en la pintura y los leridanos muy fallones. A copia de triples el Madrid tomó las primeras ventajas que Walden, con dos canastas seguidas desde más allá de los 6,75 frenó (6-7). Pero los de Chus Mateo veían el aro enorme y los triples no paraban de caer. 

Henzoja, por partida doble, Campazzo, Llull y hasta el angoleño Bruno Fernando, una de las últimas incorporaciones, acribillaron el aro leridano para alcanzar una renta de 15 puntos (11-26, m.8), la máxima de todo el partido. Tardó en replicar el Lleida, pero lo hizo y con un parcial final de 10-2 redujo la desventaja a siete al final del primer cuarto (21-28).

En el segundo periodo siguió la misma tónica, con un Hiopos al alza que completó otro parcial de 12-4 que le permitió darle la vuelta al partido y situarse por primera vez por delante (33-32). Hamilton, mucho más entonado y activo que otros días, empezaba a dejarse ver junto a un combativo Bozic. 

Chus Mateo tomó nota y devolvió a pista a sus primeras espadas y su equipo volvió a tomar el mando con Hezonja y Campazzo haciendo mucho daño desde la línea de tres puntos (34-42, m.19). Los blancos lograron mantener esa renta de 9 puntos al descanso gracias a una ayudita de los árbitros, que anularon un triple de Walden sobre la bocina que dio la impresión que entraba en tiempo.

De regreso, más protagonismo arbitral. Dos faltas seguidas mandaron a Hamilton al banquillo y el Madrid volvió a irse en el marcador gracias a cinco puntos seguidos de Llull (42-52). Encuentra paró el partido, pero no evitó que la desventaja creciera hasta los once tantos (47-58), momento en que los de burdeos volvieron a reaccionar gracias a los triples. 

Uno de Van der Vuurst, otro de Hasbrouck y dos seguidos de Bropleh ayudaron a completar un parcial de 18-5 que volvió a situar por delante al Hiopos (65-63), que por entonces ya había perdido a Oriola, eliminado por una técnica por quejarse airadamente de una canasta que no dieron de Hasbrouck después de que Ndiaye y Fernando tocaran el tablero en su intento de tapón.

Se llegaba al último asalto con todo por decidir, pero la entrada de los leridanos no fue la que requería el momento y un parcial de 2-13 en apenas cuatro minutos, con Llull y Fernando infalibles desde los 6,75, prácticamente finiquitó cualquier opción de victoria (67-79). El Hiopos aún sacó su orgullo y llegó a situarse a siete en varias ocasiones, pero alguna personal discutida y el acierto de Campazzo y Hezonja acabaron certificando la derrota.

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