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FÚTBOL TRIBUNALES

Rubiales: “Metí la pata”

El expresidente de la Federación Española, Luis Rubiales, admite que se equivocó en el beso a Jenni Hermoso. Aunque defiende que le pidió permiso

Luis Rubiales rodeado de periodistas a su salida del juzgado. - EFE

Luis Rubiales rodeado de periodistas a su salida del juzgado. - EFE

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El expresidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales admitió ayer ante el juez que se equivocó en el beso a Jenni Hermoso tras la final del Mundial, pero defendió que pidió permiso a la jugadora y que ella se lo dio, en una versión opuesta a lo que dijo la futbolista en su declaración de la pasada semana. “Yo me equivoqué, porque yo estoy en una posición como presidente de la Federación Española de Fútbol, y metí la pata”, explicó. “A estas alturas, es una obviedad que desde el primer momento reconocí que me he equivocado, yo me comporté como un deportista que consigue un éxito como uno más del grupo, y en ese momento tenía que haber tenido la sangre más fría y haber estado en un papel más institucional, pero de ahí a que haya un delito, como usted dice, eso para nada”, añadió. Rubiales se justificó en que fue “como dar un abrazo” y “algo totalmente espontáneo”.

“Yo le dije ‘oye, olvida ya el penalti, somos campeonas, esto es también gracias a ti. Sin ti no lo hubiéramos podido conseguir’. Ella me apretó muy fuerte debajo de las axilas, me levantó y al caer pues le pregunté ‘puedo darte un besito’ y me dijo ‘vale’. Eso es lo que ocurrió”, declaró.

Dijo que actuó como “un deportista que consigue un éxito” y que debió tener “la sangre más fría”

A preguntas de la Fiscalía, Rubiales quitó importancia al beso sosteniendo que incluso en fechas señaladas como “en fin de año” también da besos en la boca a sus dos hijas. “Si usted ve algunas celebraciones, desde luego no se puede comparar lo que ha ganado un Mundial con una UEFA National League, pero yo me comía besos a un montón de futbolistas”, añadió.

Según su versión, todo ocurrió de forma coordinada. “Fue simultánea la pregunta, la respuesta y posteriormente vino el beso”, explicó. En ese punto, la fiscal Marta Durántez le preguntó “para qué le agarró la cabeza”. “Es como dar un abrazo. Es que en ese momento es algo totalmente espontáneo. Como ella también declaró inmediatamente después del partido”.

La abogada de Rubiales, Olga Tubau, preguntó en su turno a su cliente si la agarró de esa forma con el fin de que no se pudiera zafar del beso. Rubiales respondió que “para nada”, y que sólo fue “una cuestión afectiva y de cariño”. Tubau también quiso saber si aprovechó el momento de euforia colectiva para “satisfacer su deseo sexual”, y Rubiales lo negó –“jamás”– y añadió que tras el beso no percibió por parte de Hermoso una actitud de rechazo. “Al contrario, se fue riendo y dándome palmaditas en los costados”.

Para apoyar su versión un perito en lectura de labios encargado por Rubiales afirmó que el expresidente de RFEF preguntó a Hermoso si podía darle “un besito”, mientras las acusaciones cuestionaron varios puntos del informe del perito y por qué no trató de comprobar qué respondió la jugadora.

Durántez preguntó si le pidió un besito o un piquito, y Rubiales resaltó que si bien en un primer momento no lo recordaba, ahora ve que “es evidente” que lo que dijo es “un besito”. Tras exponerle la fiscal que esto contradecía lo que declaró en instrucción, Rubiales restó importancia a ese matiz señalando que ambas palabras son “sinónimas”.

Durántez insistió en si realmente obtuvo el consentimiento de Hermoso para el beso en la boca: “Totalmente seguro”, respondió. Y sobre si era habitual que diera besos en la boca a otras personas, ha resaltado que “no se ha ganado un Mundial todos los días” y que era “evidente que la normalidad no puede aplicarse a un hecho totalmente extraordinario”, se defendió el exdirigente.

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