“Nos ha costado hacer el juego que queríamos”

El técnico del Lleida, Iñigo Idiakez, asumió que “cuando te encuentras con un gol en contra pronto, como el otro día, es difícil darle la vuelta, más cuando tienes un rival tan duro enfrente”. Pese a ello, se mostró “orgulloso de la actitud que han tenido los jugadores, porque lo han intentado, a veces de forma un poco alocada”. No obstante, reconoció que “nos ha costado mucho hacer el juego que queríamos, sobre todo en la primera parte, en la que hemos creado pocas ocasiones y ellos han estado cómodos”.

En esa línea, el entrenador elogió varias veces la actitud de los jugadores, “que hacen lo que les pido y han mejorado en algunos aspectos respecto al otro día” y les pidió “quedarse con lo positivo y aprender rápido de los errores, porque quedan siete partidos, que parecen muchos puntos pero son pocos, y aún estamos en la pelea”.

Pese a querer ver el lado positivo al partido, admitió que “es normal que la gente no esté contenta y al acabar nos pite y yo asumo que soy el máximo responsable. Pero les agradezco muchísimo que hayan venido y nos hayan animado durante todo el partido”.

En cambio, Iñaki Álvarez fue mucho más contundente y reconoció, muy compungido, que “siento impotencia y casi ganas de llorar, unas sensaciones de mierda. El partido es para hacernos reflexionar a todos”. “No se nos está dando en ningún sentido, siempre encajamos, nos cuesta mucho marcar y todos tenemos que ser más autoexigentes. Hay que cambiar ya, porque no nos vale con lo que estamos haciendo. El equipo corre y pelea, pero no es suficiente”, añadió. Joan Campins compartió el punto de vista de su compañero y lamentó que “no recuerdo ni un tiro a puerta. Lo peor es que nos han perdido el respeto aquí en casa”. “Tenemos que ser honestos y trabajar para que al terminar sepamos que lo hemos dado todo”, concluyó.