LOS
Lluvia y tablas en Cappont

Boris Garrós se lamenta después de una ocasión en la que pudo romper el empate. - ÍNGRID SEGURA
En un Ramón Farrús cubierto de color gris, con la lluvia asomando con intermitencia y con el frío colándose entre las bufandas y guantes, Atlètic Lleida y L’Hospitalet firmaron un empate (0-0) que dejó más lecturas que cifras. Fue un partido de trinchera, de esos que se mastican más que se juegan, aunque con ocasiones claras por los dos lados. Pero también fue un duelo que reafirmó el buen momento del conjunto leridano, que ya enlaza ocho partidos sin perder, con cinco triunfos y tres empates. Resultados que confirman al equipo en la tercera posición de Tercera RFEF, puesto que da acceso a la promoción de ascenso.
L’Hospitalet, con varias bajas en su plantilla, sorprendió con una primera parte intensa, muy física, con Mamau imponiendo su ley en la medular y con Sanku, su hermano, buscando con ahínco la espalda de la siempre adelantada defensa leridana. Sin embargo, los locales avisaron primero. En el minuto 9, llegó la primera gran ocasión. Centró Daouda desde la derecha y Wilber, solo en el segundo palo, no llegó a conectar por centímetros. Fue por esa banda diestra por donde el Atlètic Lleida generó más peligro con los centros hirientes de un inspirado Soule. En el 17’, Moró Sidibé obligó a Aliaga a lucirse para desviar a córner un remate desde la frontal. Poco después, el susto: Pau Torres cometió falta sobre Sanku cuando el delantero visitante se iba solo, aunque escorado a la derecha. Ese detalle salvó al portero de la expulsión. En la falta, Canario, exjugador del Lleida Esportiu, probó directo, pero no llegó a sorprender a Pau Torres. Soule apareció otra vez en escena con un control orientado magistral con el pecho y un centro que Wilber enviaría a la red, aunque en posición adelantada para el asistente, que señaló fuera de juego. Decisión que caldeó los ánimos de la afición local. L’Hospitalet respondió. Sanku, con espacio tras un error de Daouda, se plantó ante Pau Torres, pero el guardameta salvó con firmeza. En la última del primer acto, Samsó puso un centro que Boris no alcanzó por centímetros. Intensidad, sí. Precisión, no tanta.
La segunda parte fue del Atlètic Lleida. Salieron con más colmillo, buscando cargar el área con centros laterales, conocedores del poder diferencial en este terreno de Boris y Wilber. El propio Wilber cabeceó un envío de Soule que se perdió rozando el poste derecho. En el 58’, L’Hospitalet estuvo a punto de castigar la indulgencia local tras un centro envenenado de Rubén Cruz que Manrique desvió sin querer hacia su propia portería. El córner fue un consuelo para todos.
Los dos técnicos movieron el banquillo, pero ni por esas se llegó al camino del gol. La más clara llegó en el minuto 85, cuando Wilber remató al larguero un centro medido de Samsó desde la izquierda. Aliaga ni se movió. El tiempo se detuvo y solo se escuchó el sonido del balón rebotando en el travesaño. Y aún hubo tiempo para un susto final. Momento sensible para los corazones de los aficionados del Atlètic Lleida. Sanku luchó con insistencia un balón por el que pocos hubieran dado un duro viendo el agotamiento físico y el momento del partido y la jugada acabó con un disparo de Aarón que salió demasiado centrado y que pudo atrapar Pau Torres. Final y suspiros.
El Atlètic Lleida suma otro partido sin perder y otro punto en su casillero. Aunque la distancia con el segundo, el Girona B, se podía haber visto más reducida tras su derrota ante el Sabadell B (3-4), la sensación en el club de Cappont sigue siendo buena. El calendario ya apunta en rojo el siguiente capítulo: el derbi leridano contra el Mollerussa en la localidad del conjunto del Pla d’Urgell.
❘ Lleida ❘ Tras el empate ante L’Hospitalet (0-0), Gabri García, entrenador del Atlètic Lleida, valoró “como bueno” el punto y destacó la actitud y el esfuerzo de sus jugadores. “Creo que hemos hecho un partido bastante serio. Nuestro objetivo era mantener la portería a cero y a partir de ahí sabíamos del potencial ofensivo que tenemos”, destacó el preparador, que quiso subrayar el trabajo de los suyos en ambos lados del campo: “Hemos defendido bastante bien y en ataque, especialmente en la segunda parte, hemos sido un equipo con las ideas claras y con determinación para buscar los tres puntos. Hicimos méritos de sobras para ganar, pero esto va de goles, no de méritos”, dijo.
Sobre el desarrollo del encuentro, reconoció que “la primera parte ha sido más espesa”, pero que el equipo dio “un paso adelante tras el descanso”. El técnico atribuyó esta mejora a una mayor agresividad en la presión y a la buena lectura táctica: “Sabemos que somos un equipo atrevido, que defendemos alto, y eso genera riesgos, pero también muchas opciones de llegar”, apuntó. Pese a las bajas, rival estuvo siempre en el partido, algo que no sorprendió al de Sallent: “Quien esperaba una victoria fácil es que no tiene ni idea de fútbol. L’Hospitalet tiene jugadores contrastados en la categoría”, destacó, además de poner en valor la línea ascendente del conjunto en 2025: “Solo hemos perdido un partido este año. Los números son para estar contentos”, explicó. También remarcó la capacidad del equipo para adaptarse a distintos escenarios: “Si el rival presiona alto, sabemos salir jugando; si se mete atrás, tenemos delanteros y extremos con capacidad para desequilibrar. La clave está en tener varias alternativas”, remarcó.
Finalmente, señaló que el equipo no debe obsesionarse con los resultados ajenos: “No tiene sentido mirar a Girona B o Reus. Lo importante es mirarnos a nosotros, seguir haciendo buenos partidos y mantenernos en play off”, concluyó.