ESNOTICIA
Casi 15.000 jóvenes de Lleida de entre 16 y 29 años ni estudian ni trabajan
Los expertos alertan de los riesgos que supone para el futuro del estado del bienestar
Son cifras oficiales de la Encuesta de Población Activa (EPA). El tercer trimestre de 2016 había en las comarcas de Lleida 14.900 jóvenes de entre 16 y 29 años que ni estudiaban ni trabajaban. Se trata de un problema enquistado que se remonta a antes de la crisis económica y que amenaza el futuro de toda una generación.
El tercer trimestre de 2006, años antes de que estallara la burbuja inmobiliaria que derivó en una de las peores crisis económicas de la historia, había 14.900 jóvenes en las comarcas de Lleida que ni estudiaban ni trabajaban, según datos de la Encuesta de Población Activa (EPA). Son exactamente los mismos que los registrados el tercer trimestre de este año. Casi quince mil chicos y chicas de entre 16 y 29 años a los que se les cuelga la etiqueta de ‘ni-nis’. Un problema, pues, que viene de lejos. La crisis no hizo más que agravarlo. Así, en 2010, la cifra se disparó hasta los 23.800. La economista de la UdL Maria Àngels Cabassés advierte que hay que analizar con prudencia estos datos. “No es una foto fija”, advierte. La precariedad laboral hace que muchos jóvenes alternen trabajos temporales con el desempleo. En este sentido, Cabassés alerta del peligro de estigmatizar al 18,5% de jóvenes catalanes que ni estudian ni trabajan. “Es perverso culparles de esta situación”. Porque la etiqueta de ‘ni-ni’ tiene connotaciones negativas. “Y hay de todo”, subraya Gemma Pedra, del proyecto Noves Oportunitats (ver desglose). “Si entendemos por ‘ni-ni’ a un chico que se desinteresa totalmente de los estudios y no busca trabajo de forma activa, hay que decir que entre estos 14.900 encuestados habrá un porcentaje de rebeldes, pero también jóvenes que han tenido que hacer frente a problemas vitales que no han sabido gestionar por inmadurez”. Incluso hay graduados que ya han terminado sus estudios universitarios y no han logrado incorporarse al mercado laboral. Alba Pérez, que terminó en mayo sus estudis de Periodismo Audiovisual y Comunicación en la UdL, lo resume desde la impotencia: “formo parte de los que somos ‘ni-nis a la fuerza”.
El sociólogo Carles Feixa advierte de la gravedad del problema que se esconde tras la cifra de 14.900 jóvenes que ni estudian ni trabajan. “En Latinoamérica se acuñó el término juvenicidio para explicar la desaparición física de una generación en el norte de México o en Colombia. Aquí se trata de una desaparición simbólica, pero igualmente grave”. Y no solo para los jóvenes. “El estado del bienestar no se puede sustentar como lo entendemos hoy en día si los jóvenes solo pueden aspirar a sobrevivir con empleos temporales y sueldos de 400€”, advierte.
Según el estudio Con el agua al cuello del sindicato juvenil Avalot, entre 2005 y 2009 el número de jóvenes parados sin estudios o estudios primarios e inferiores creció un 253,3%. “Es un problema que se agravó con la crisis económica, pero que viene de lejos”, explica Feixa. Y obliga a replantear la necesidad de hacer “un pacto generacional” y a revisar la descompensación entre la oferta laboral y la académica. Tanto el sociólogo como la economista Maria Àngels Cabassés, que forman parte de un grupo de investigación de la UdL, hacen hincapié en que hay que incentivar la formación profesional y no seguir apostando por la sobretitulación. “Es un problema común del sur de Europa”, donde hay más universitarios y, a la vez, más paro juvenil.
El Observatori Català de la Joventut alerta que el 38% de los jóvenes tienen contratos temporales y el 62% de los que trabajan cobran un salario inferior a 1.000 euros. Esta situación hace quem, en palabras de Feixa, “más que del fenómeno ni-ni tengamos que hablar del sí-sí, de los que trabajan y estudian y ni así pueden emanciparse”.
Las perspectivas de futuro son tan sombrías que algunos adolescentes tiran la toalla. “Dan el futuro por perdido sin librar batalla”, explica una profesora que asesora a jóvenes que han abandonado los estudios y no trabajan. “Necesitan recuperar la confianza en ellos mismos, de ahí que se tan importante hacer un seguimiento personalizado de cada caso”. Desde el Observatori Català de la Joventut, que ha desterrado el término ‘ni-ni’ en favor del acrónimo NOEF (no ocupats que no es troben en processos d’educació o formació), se destaca que el porcentaje de jóvenes de entre 16 y 24 años que en 2015 se encontraban en esta situación es del 18,15%. 2009 fue el peor año, con 23,01%, si bien desde el 2000 no ha bajado del 11,51%, por lo que los expertos consideran que el problema amenaza el futuro de toda una generación, amén de condenar el estado del bienestar.
Una segunda oportunidad para 270 leridanos que vuelven a las aulasNoves Oportunitats es una unión temporal de empresas (UTE) que ofrece una alternativa formativa y profesional a jóvenes de entre 16 y 24 años que ni estudian ni trabajan. Gemma Pedra explica que llegan a todas las comarcas de Lleida y ofrecen 270 plazas. No son cursos al uso. Las clases, reducidas, están pensadas tanto para preparar a chicos que dejaron el instituto sin haber terminado la ESO y quieren obtener el título, como para lograr un certificado de profesionalidad o para preparar las pruebas de acceso a un grado medio. “Tienen un tutor que hace las veces de coach”. Llegan desorientados y queriendo salir de una situación que les resulta incómoda “pero sin saber cómo hacerlo, por lo que necesitan un seguimiento personalizado”. Algunos de estos jóvenes han pasado por situaciones vitales complicadas. “Pero no hay un único perfil. En la adolescencia no siempre es fácil gestionar un problema. Hay muchas causas que pueden llevar a un chico a abandonar los estudios”, señala. Una de estas razones puede ser el consumo de tóxicos. “Cuando han empezado muy jóvenes el hábito les afecta a la capacidad de atención y se produce el fracaso escolar”. Lo importante, añade Pedra, “es cuando se dan cuenta de que tienen que hacer algo con su vida y deciden apuntarse a uno de los cursos que ofrecemos”. Nunca es tarde para regresar al sistema educativo y así tener más oportunidades laborales. La UTE Noves Oportunitats (www.novesoportunitatslleida.cat) la forman Centre Tècnic Ilerdense, Reintegra, Talma, Inlingua, Sant Joan de Déu, Acser, Ilersis, Prosec, New School y la Associació Alba.