AGRICULTURA FRUTA DULCE
Entre arranques y plantaciones
La superficie de frutales de hueso creció el año pasado otro 4% || A pesar de que agricultores arrancan y optan por el almendro tras años de pérdidas
Joan Ramon Guiu, ayer talando nectarinos en su finca en Montoliu, que injertará con almendros.
La crisis de precios de la fruta de hueso en las últimas campañas, golpeada por el veto ruso, está provocando que algunos agricultores tiren la toalla y arranquen fincas para optar por otros cultivos, como el olivo o el almendro. Pese a ello, el balance global de la superficie dedicada a melocotones y nectarinas en Lleida aún sigue creciendo y en concreto el año pasado lo hizo en un 4%.
El director de la patronal de la fruta, Afrucat, Manel Simon, explicó que el año pasado había plantadas en Catalunya, fundamentalmente en Lleida, 20.910 hectáreas de melocotoneros y nectarinos de más de tres años (productivos), supone un incremento prácticamente del 4% con respecto al año anterior y de un 22,5% si se compara con el ejercicio de 2012. Afirmó así que se sigue plantando fruta de hueso en Lleida, a pesar que el ritmo de incremento se ha ido ralentizando en los últimos años, coincidiendo con las crisis de precios. Los años 2014 y 2015 fueron especialmente duros, con cotizaciones por debajo de costes de producción debido a las consecuencias del veto ruso. Con respecto al pasado año, calificó la campaña de correcta, aunque admitió que los resultados económicos no fueron suficientes para compensar los números rojos de las dos anteriores.
En este contexto, dijo que es cierto que se están produciendo cambios de especies en fincas (entre fruta de pepita y de hueso) o arranques de plantaciones viejas o cuyas variedades no se adaptan al lugar donde se han plantado o a los gustos requeridos por el mercado. También dijo que se están dando casos de payeses que optan por injertar almendros o incluso pasarse a la producción de aceite, dos cultivos que en los últimos años están consiguiendo resultados económicos positivos.
Otras fuentes del sector apuntaron asimismo que se están injertando frutales de hueso con otras variedades también de la misma especie por problemas de adaptación a la zona y por no cubrir las expectativas generadas a la hora de comprar los plantones. En este sentido se quejan de que no cumplen con el anuncio de producción y resistencia incluidas en las especificaciones pese a invertir en muchos casos fuertes cantidades económicas en concepto de royaltis.
