Los leridanos cancelan créditos por 5.525 millones desde el año 2008

Los años del “boom” económico y la burbuja inmobiliaria se caracterizaron por una demanda y concesión de créditos histórica. Pero en estos últimos ejercicios, la situación ha cambiado de forma radical, con empresas y ciudadanos intentando reducir al máximo su exposición a la deuda con las entidades financieras. Así se explica el hecho de que el volumen de créditos que tienen concedidas las entidades financieras haya caído en la provincia de Lleida desde los 14.190 millones de euros con los que acabó el 2007, hasta los 8.625 de diciembre del pasado ejercicio. Es decir, en ocho años, las deudas con la banca de ciudadanos, empresas y administraciones se ha reducido más de un 39%, o lo que es lo mismo, 5.225 millones de euros.

A la hora de hacer el análisis hay que tener en cuenta varios factores. Por una parte, que en los años más duros de la crisis económica, la banca cerró el grifo del crédito. Intensificaron las exigencias a la hora de prestar dinero y, con ello, empresas y familias tenían más difícil poder firmar un crédito. Pero también se produjo otro fenómeno destacable. La incertidumbre económica provocó que se redujeran de forma significativa inversiones empresariales que no fueran ineludibles y las familias optaron también por reducir el consumo y, con ello, las necesidades de acudir a pedir dinero a los bancos. Al mismo tiempo, aquellos que podían, aceleraban el pago de préstamos contratados en los años de bonanza, aprovechando la coyuntura de tipos de interés históricamente bajos. De hecho, el Banco Central Europeo (BCE) presta el dinero a los bancos semanalmente al 0% y les cobra un 0,4% por el exceso de sus reservas. Todo ello a pesar de que Alemania está presionando para un cambio de política monetaria y que la Reserva Federal estadounidense ha empezado a incrementar el precio del dinero. Con todo, el presidente del BCE, Mario Draghi, defiende contra viento y marea su política monetaria y augura que los tipos de interés seguirán bajos durante “un periodo de tiempo extenso”, una mala noticia para la banca que trabaja con márgenes reducidos y para ahorradores tradicionales con escasa remuneración.

lleida

Los bajos tipos de interés se traducen en acceder a créditos baratos pero, al mismo tiempo penaliza los productos de ahorro tradicionales, que ven cómo cae su remuneración. En este contexto, los leridanos tenían al final del año pasado 9.241 millones de euros en depósitos bancarios, de los que 9.049 correspondían a empresas y familias y 192 a las administraciones. En el caso de las administraciones, el volumen permanece estable con respecto a 2015, cuando eran 190 millones, pero se aprecia una caída más significativa en el caso de las familias, que al acabar el 2015 contaban en la banca con 9.800 millones.

Si la comparación se hace con las mismas fechas del 2007, cuando se puede considerar que eran los inicios de la última gran crisis económica, han crecido los ahorros de forma significativa. En concreto crecen un 7,4%. Este incremento de 624 millones de euros se explica porque las familias y las empresas adoptaron en los años de crisis y de incertidumbre económica por intentar ahorrar ante un futuro que se presentaba incierto.

Del dinero que tienen en depósitos las empresas y familias de Lleida, el grueso sigue correspondiente al capítulo de ahorro a plazo, con 3.499 millones. Pero le siguen de muy cerca los depósitos con mayor liquidez, es decir, las cuentas a la vista, con 3.232 millones. Los 2.318 millones de euros restantes corresponden a otros productos de ahorro.

El ahorro de los ciudadanos se está dirigiendo, en un contexto de baja remuneración en las libretas, por otros productos. Estamos hablando desde la inversión en bolsa hasta los planes de pensiones pasando por otro tipo de planes y productos de inversión.

La evolución en el capítulo de depósitos, con crecimiento del ahorro con respecto a 2008, es una tónica que se aprecia en prácticamente todo el Estado.