Los empleados leridanos han perdido 12 puntos de poder adquisitivo desde 2008

El salario medio anual de Lleida ronda los 17.512 euros, según la Agencia Tributaria, una caída del 0,8% con respecto al sueldo medio del primer año de la crisis económica, el 2008, cuando se cifró en 17.652. En este mismo periodo, la inflación ha subido un 11%, con lo que el poder de compra de los leridanos ha retrocedido casi 12 puntos en 9 años.

Si un consumidor acude a un comercio o supermercado y hace una compra por valor de 89 euros y al día siguiente, hace lo mismo y le cobran 100 euros, pensaría que ha habido un error o montaría en cólera. Si además, el primer día en su trabajo le han reducido el salario, el enojo sería mayúsculo. Pues esto mismo es lo que han vivido los trabajadores leridanos desde 2008, el primer año de la crisis económica. Desde entonces hasta 2016, último ejercicio con datos disponibles en la Agencia Tributaria, el salario medio anual de Lleida ha retrocedido un 0,8%, al pasar de los 17.652 euros de 2008 a los 17.512 de 2016. Este retroceso en los sueldos, que como recuerda Ricard Bellera, de CCOO de Lleida, es fruto de la reforma laboral de 2012, se ha visto agravado, además, por un incremento de la inflación en Lleida en este mismo periodo de tiempo del 11%, según el Instituto Nacional de Estadística, una inflación que, como muestra el gráfico adjunto, tuvo sus subidas más pronunciadas entre los años 2010 y 2014, periodo que, además, coincidió con los descensos más acusados de las remuneraciones a los trabajadores, que pasaron de una media de 17.865 euros al año a 16.905 euros. Una inflación al alza, impulsada por los carburantes, unos sueldos a la baja, auspiciados por la reforma laboral, coincidían en el tiempo con un paro desbocado, que alcanzó el 14,54% de la población activa de Lleida a finales del 2010, según la EPA o la entonces cifra histórica de 27.452 parados en la provincia demandantes de empleo, cinco mil más que en la actualidad.

Este descenso acusado del poder adquisitivo de los trabajadores leridanos se ha visto tristemente acompañado también por la caída de la capacidad de compra de los pensionistas, castigados también por la crisis que ha llevado a que las pensiones dejaran de revalorizarse según la inflación (ver página 5). Todo esto, como recuerdan tanto Ricard Bellera como José Luis Aguilá, de UGT de Lleida, ha provocado no solo el empobrecimiento de trabajadores y pensionistas, sino que el consumo se haya detraido y, por tanto, “se ha puesto en riesgo la sostenibilidad del sistema económico, el comercio, la economía productiva y, como un pez que se muerde la cola, a los mismos trabajadores, que son los que producen los bienes de consumo”. Para CCOO, este problema debe encararse luchando contra la temporalidad laboral y revertiendo la reforma laboral de 2012, ideas a las que UGT suma la exigencia de plasmar en los convenios colectivos y salarios la mejora económica de la que hace gala el Gobierno central (un crecimiento del PIB del 3,1% previsto para este 2018) y, al igual que CCOO, exigir a las empresas empleos de calidad, salarios dignos e inversiones.

Patronal y sindicatos ven el aumento del salario mínimo un punto de partida para la recuperación salarial

Por su parte, desde la patronal empresarial COELL se destaca la mejora en los datos macroeconómicos de Lleida, con un paro en retroceso en los últimos meses (pese a la estacionalidad del empleo) y un punto de inflexión en los salarios tras la firma del reciente acuerdo entre Gobierno y agentes sociales para la revalorización gradual del salario mínimo, del 4% para este año (763€) hasta el 10% en 2020, siempre y cuando la economía crezca por encima del 2,5% y se creen 450.000 nuevos empleos al año. Patronal y sindicatos lo ven un punto de partida hacia la recuperación.