AUTOMOCIÓN REPORTAJE
La larga polémica del gasoil
El diésel ha sido puesto en tela de juicio desde que hace tres años estalló el conocido como caso “dieselgate”, un escándalo en el que se descubrió que Volkswagen utilizaba programas informáticos fraudulentos para engañar en las pruebas de emisiones de vehículos propulsados por este tipo de motorización. Esta “demonización” y desconfianza en torno al diésel ha provocado que las ventas de estos vehículos acumulen cinco años de descensos frente a los de gasolina y ha generado también un debate en torno a los diferentes niveles de emisiones de contaminación de dióxido de carbono (CO2) y óxidos de nitrógeno (NOx) y cuál de ellos contamina más.
De hecho, las ventas de coches diésel se sitúan a niveles de 1998 tras caer el pasado año un 14,9%, mientras que las de gasolina se han incrementado un 15,2%, según la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA). En lo que va de año, este combustible ha perdido 6 puntos porcentuales de cuota de mercado en España, de acuerdo con la patronal de fabricantes Anfac.
Las matriculaciones en Lleida se han disparado un 23% en agosto y los gasolina copan el mercado
Si hay presupuestos, Sánchez prevé igualar la fiscalidad de la gasolina y el gasóleo
El cuestionamiento de la tecnología diésel ha conllevado la puesta en marcha de medidas como la nueva normativa europea de homologación de emisiones y consumos WLTP, que entró en vigor el sábado el 1 de septiembre y establece pruebas más estrictas para asegurar unos niveles de emisión de CO2 más fiables. En agosto se dispararon las ventas de coches por el nuevo WLTP y en Lleida crecieron un 23%, con los de gasolina a la cabeza.
Para la Comisión Europea desde el “Dieselgate” se han “cambiado las reglas del juego” respecto a este tema en la UE.
Sin embargo, la preocupación por el nivel de emisiones contaminantes de vehículos (tanto diésel como gasolina) ha llegado a varios municipios como el de Madrid, donde a partir de noviembre no podrán acceder al centro los coches y motos más contaminantes -es decir, los diésel anteriores a 2006 y gasolina de antes de 2000, que carecen de distintivo ambiental de la DGT-.
Mensajes como éste y la entrada en vigor del WLTP (nuevo sistema de medición de emisiones) el día 1 han hecho que las matriculaciones de turismos y todo terrenos en agosto se hayan disparado. Del total, el 56,2% han sido de modelos de gasolina (en julio fueron el 57,6%), el 37,4% de diésel y el 6,3% de híbridos+eléctricos.
En este panorama, el presidente del Gobierno central, Pedro Sánchez, confirmó que, dentro del marco de Presupuestos Generales del Estado para 2019, quiere igualar los impuestos del diésel a los de la gasolina. Esto podría suponer un alza del gasóleo de automoción de 10 céntimos por litro.
La respuesta del sector de la automoción no se ha hecho esperar y han considerado negativa la medida, al tiempo que han pedido al Ejecutivo socialista un enfoque más amplio, que contemple una hoja de ruta para la transición ecológica que incluya una renovación del parque y una reforma fiscal de automóvil.
Más impuestos al diésel, que vive en el punto de miraEl Gobierno central ha entrado en la polémica del diésel cuando en julio la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, afirmó que “tiene los días contados”, lo que hizo que las patronales del automóvil le pidieran moderación.