Alerta máxima contra la peste y el sector pide paralizar importaciones

El sector porcino de Lleida se encuentra en alerta máxima ante el riesgo de que el virus de la peste porcina africana (PPA) pueda llegar a Catalunya, dado los casos que van en aumento en diferentes países europeos, y reclama la paralización de importaciones no solo de lechones, sino también de carne, entre otras medidas.

Unió de Pagesos reclamó ayer que se prohíba el movimiento de cerdos entre países hasta que esté controlado el brote de PPA declarado en Bélgica. Se suma a los registrados en otros Estados, como Rumanía, Hungría o Polonia. El responsable del sector porcino en la organización agraria, Rossend Saltiveri, recordó que el pasado 4 de junio se prohibió la importación de jabalíes, después de que llegaron un millar a España el año pasado. En la misma línea, JARC-COAG exigió para la entrada de lechones en España para evitar el contagio de la peste. El responsable del sector, Jaume Bernis, advirtió que pondría en riesgo uno de los pilares de la economía del sector agroalimentario y muchos puestos de trabajo en la provincia. Reclamó a la administración hacer cumplir los protocolos de bioseguridad.

El sector exporta hoy más del 50% de la producción y la peste pondría en peligro el comercio exterior

Después de años en los que las importaciones de lechones se habían reducido significativamente ante un mayor equilibrio en la producción local, las compras, principalmente en Holanda han repuntado. Saltiveri lo atribuye al crecimiento, en el conjunto del Estado de los cebaderos y que, además, se han dado caso de granjas de cerdas reproductoras que se han reconvertido en explotaciones de engorde. De hecho, en el primer semestre del año la provincia de Lleida ha importado lechones por valor de 13,64 millones de euros de Holanda, mientras que en el conjunto del Estado el valor de estas compras se calculan en 34 millones. A ellos se sumarían también de otras procedencias aunque en volúmenes muy inferiores.

Saltiveri advirtió que el contagio de la PPA en estos momentos tendría efectos devastadores, con consecuencias económicas mucho más graves que en los episodios registrados en 1997 y 2001. De hecho, en estos momentos el sector exporta más del 50% de la producción, que se podría ver en peligro. Además del freno a las importaciones el sector considera necesarias otras medidas, como puede ser la desinfección del material de los cazadores que acudan a practicar su hobby a alguno de los países infectados y también controlar a quien llegue de países con problemas, en los que se incluye China y Japón.