Más de 39.000 leridanos carecen de oficina bancaria en sus 131 municipios
En los últimos diez años han cerrado el 44% de las sucursales de la provincia
Vivir en municipios pequeños en muchas ocasiones lleva aparejados una falta de servicios y el caso de los financieros no es una excepción. Un informe del IvieLAB, el Laboratorio de Análisis y Evaluación de Políticas Públicas, desvela que en Lleida un total de 39.029 vecinos de 131 poblaciones carecen de una oficina bancaria en su municipio. Estamos hablando de que 9 de cada cien leridanos y el 56,7% de los pueblos. La peor situación en todo el Estado se encuentra en Ávila, Salamanca y Soria, donde más del 84% de los municipios están huérfanos de oficinas bancarias, mientras que en el lado opuesto se encuentras, dejando de lado las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, las Islas Baleares y las provincias andaluzas de Córdoba, Jaén y Sevilla, donde no llegan ni a un 1%. La crisis económica que arrancó en 2018 se tradujo en una verdadera revolución del mapa financiero español, con la desaparición del 28% de las entidades bancarias, según datos del Banco de España. Con ello y las integraciones de las cajas desaparecidas en grandes bancos, el sector apostó por el cierre de sucursales, tanto que el mapa español en estos momentos sitúa el número de oficinas a niveles de 1981. En el caso de la provincia de Lleida, desde 2018 hasta finales del año pasado se cerraron un total de cuatro de cada diez puntos de atención estable de las entidades financieras. En concreto se ha pasado de una red de 590 a 349 sucursales. Se trata de un descenso muy importante que en el conjunto del Estado lideran las comarcas de Barcelona, con el cierre del 52% del total. En Girona y Tarragona, por su parte, el adelgazamiento de la red es de un 49% desde el comienzo de la última gran crisis económica. En la última década marcada por la crisis económica, han sido siete los municipios de Lleida que se han incorporado a la lis- ta de poblaciones sin atención bancaria permanente derivada precisamente de este proceso de cierres. Hablamos de un aumento del 5,6% entre los municipios “huérfanos” de bancos. En cuanto a número de personas afectadas, el incremento es de un 0,8%, lo que supone que los vencinos sin oficina bancaria cerca de casa se han incrementado en unos 300 en las comarcas de Ponent. La provincia que ha visto repuntar más los municipios que carecen de sucursales es Cáceres, según el informe del IvieLAB.
Poblaciones pequeñas y envejecidas, las víctimas
El cierre de oficinas en los pequeños municipios donde, en la mayoría de los casos, la población está muy envejecida se ha convertido en un verdadero problema para muchas personas. Para compensar los cierres, la banca ha reaccionado implantando centros desplazados de atención, como las oficinas móviles “ofibuses” o los agentes financieros sin establecimiento permanente, que atienden a los clientes periódicamente en aquellos puntos donde ya no existe sucursal, como explica el Banco de España. Un estudio de dos directoras de área del instituto emisor, Concha Jiménez y Helena Tejero, advierte que el mantenimiento de una red adecuada de puntos de distribución contribuye a dar respuesta a la preferencia de los ciudadanos por utilizar el efectivo como medio de pago. Es la fórmula que utilizan el 53% de los ciudadanos. Un 41% usa tarjetas y el resto de operaciones se hacen por otras vías, como el teléfono móvil. Otros agentes no bancarios empiezan a ofrecer el servicio de retirada de efectivo a través de cajeros automáticos multiuso o con motivo de una compra cash-back (pagar en una tienda con tarjeta por un importe superior al adquirido y recibir la diferencia en metálico). El problema es que en muchos municipios donde no hay sucursal bancaria tampoco tienen ni tiendas.