Menos empleo y barato

El año que acaba se confirma como un ejercicio positivo en términos macroeconómicos, como el del crecimiento del PIB, pero sigue sin llegar en la misma medida a muchos hogares. A pesar de la situación que han arrastrado las pensiones en los últimos años, su importe medio en la provincia ha crecido siete veces más que los sueldos.

La crisis económica ha dejado tras de sí un cierto cambio de modelo en Lleida, donde el sector servicios ha tomado más protagonismo y con un sector de la construcción a años luz de lo que fue en los ejercicios de lo que se confirmó como un período de burbuja inmobiliaria. Aunque a nivel macroeconómico, de los grandes datos del Producto Interior Bruto, se pueden dar por superada en la provincia, la recesión y la crisis han dejado heridas en las economías familiares. Así lo demuestra el hecho de que desde 2008 hasta 2017, últimos datos disponibles en la Agencia Tributaria, el sueldo medio en Lleida apenas ha crecido un 1,7%, al pasar de 17.652 a 17.958 euros anuales. Este dato contrasta lo que los economistas califican como la devaluación salarial, que para una familia se traduce en la pérdida real de poder adquisitivo. La cuenta es clara, porque desde 2008 hasta el mes pasado la inflación, los precios desde la cesta de la compra hasta los gastos de la casa, ha crecido en el Estado un 12,5%.

Otro dato que deja de manifiesto la situación de los sueldos y la congelación o incluso recortes aplicados por Administraciones y empresas en la provincia es que la pensión media ha crecido desde el inicio de la crisis siete veces más que los sueldos. La prestación contributiva promedio en la provincia ha pasado de los 752 euros en el año 2008 a 844 este mes de diciembre. Es decir, se ha incrementado un 12,61%. Hablamos de pensión media, diferente de la revalorización del ‘sueldo’ de los mayores, que como denuncian los pensionistas ha crecido en los últimos años muy por debajo de la inflación. Primero por la congelación aplicada por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Después, porque el Ejecutivo de Mariano Rajoy optó por revalorizarlas solo un 0,25%, independientemente de la evolución de los precios, ante la situación de crisis económica.

Las pensiones que se dan de baja apenas llegan a los 567 euros, y las que llegan al sistema son de 954

La crisis se puede dar por superada en los grandes indicadores, pero no para muchas de las familias

En realidad, la prestación media se ha incrementado más de doce puntos porque quienes se incorporan hoy al sistema público lo hacen después de haber tenido sueldos más elevados que las personas que causan baja en la Seguridad Social por fallecimiento. Una persona que tiene hoy ochenta años está recibiendo su jubilación en función de salarios que corresponden a cuantías de hace más de quince años. Como ejemplo, una persona que se incorporó al sistema de pensiones el año pasado, lo hizo con una prestación media de 954 euros mensuales, mientras que las que se dieron de bajo a lo largo de ese año, apenas superaban los 567.

La reivindicación de unas pensiones dignas y que los mayores no pierdan poder adquisitivo es compartida por la sociedad, pero no lo es menos la de que los salarios también lo han de ser. De hecho, las prestaciones se pagan con los fondos detraídos a tal efecto de las nóminas de los trabajadores. Dicho de otra forma, si los salarios son bajos, también lo serán las cotizaciones que llegan a las arcas de la Tesorería de la Seguridad Social. Pero también hay otro factor muy a tener en cuenta, como es el número de personas que aportan para sostener el sistema.

Esta es otra de las heridas de la crisis en el mercado laboral de Lleida y para la que los expertos auguran aún varios años para que cicatrice y quede, al menos, en la foto que nos dejó 2008. En ese año, la Agencia Tributaria tenía contabilizadas en las comarcas de Ponent 204.219 personas con ingresos salariales. Esta cifra cayó en los ejercicios posteriores y en 2017 se limitaba a 194.116 cotizantes. Es decir, que son menos los que aportan a las arcas que financian los ingresos de los mayores y con unos sueldos que distan muchos de haber tenido un comportamiento que hasta hace unos años considerábamos normal.

Las perspectivas para este año que está a punto de arrancar es que las grandes cifras macroeconómicas seguirán una senda positiva, aunque puede que con tasas de crecimiento algo inferiores. Habrá que ver, eso sí, la traslación al bolsillo de la gran mayoría de los ciudadanos de a pie.

lleida

El Salario Mínimo Interprofesional (SMI) subirá con el arranque del nuevo año hasta los 900 euros mensuales. Se trata del mayor incremento desde 1977, equivalente a 164 euros más mensuales, lo que supone un 22,3 por ciento.

Este SMI se abonará tanto a los trabajadores fijos como para los eventuales o temporeros, así como para los empleados de hogar, y en él se computa únicamente la retribución en dinero, sin que el salario en especie pueda, en ningún caso, dar lugar a la minoración de la cuantía íntegra en dinero de aquel.

Para los trabajadores eventuales y temporeros, el salario mínimo será de 42,62 euros al día, y para los empleados de hogar, de 7,04 euros por hora. Este incremento del SMI beneficiará a casi 2,5 millones de trabajadores en el Estado y teniendo en cuenta el peso de Lleida en el mercado laboral estatal, la subida podría afectar a unos 24.000 que corresponderían a las comarcas de Ponent.

El Gobierno de Pedro Sánchez también ha convertido en real decreto el acuerdo suscrito con las organizaciones de autónomos que contempla el incremento de un 1,25% de la base mínima de cotización de los trabajadores autónomos, hasta los 944,35 euros al mes, y el tipo de cotización será del 30%, con lo que los autónomos personas físicas tendrán que pagar 5,36 euros más al mes (64 euros más al año) de lo que pagan actualmente.

Este modelo de cotizaciones cubrirá a los trabajadores autónomos por contingencias comunes y profesionales (conocidas como bajas laborales por enfermedad), por cese de actividad (el llamado paro de los autónomos) y por formación profesional, generalizando estas coberturas, algunas de las cuales hasta ahora sólo eran voluntarias.