Ricard Ramon Sumoy: «La ganadería debe apostar por más sostenibilidad con la PAC»

La nueva Política Agraria Común (PAC) para el período 2021-2027 prevé incrementar los requisitos ambientales, un aspecto que obligará a la ganadería a apostar por mayor sostenibilidad. Así lo afirma Ricard Ramon Sumoy, jefe de la unidad adjunta de la dirección general de Agricultura y Desarrollo Rural de la Comisión Europea, que el jueves participó en la 18 edición de las jornadas Reg i Futur en Mollerussa. Tras el Brexit, la previsión es de un presupuesto de la Unión Europea a la baja que afectará de forma limitada a la PAC.

¿Con qué presupuesto contará la nueva PAC?

La Comisión Europea presentó el mes de mayo pasado un proyecto de presupuesto ambicioso que tiene en cuenta grandes retos de la Unión Europea, como pueden ser la emigración o la defensa. La PAC 2021-2027 intenta minimizar los efectos del Brexit (el Reino Unido en estos momentos aporta a las arcas comunitarias más de lo que recibe) y se prevé un recorte de un 5%. En el caso de España supone una reducción del 3,5% de los pagos directos. En el caso de los fondos de desarrollo rural (cofinanciados por Bruselas y los Estados) se anuncia un cambio en el modo de organizarlos: la parte europea descenderá en un 15% y se ofrece la posibilidad que los estados y regiones puedan incrementar su aportación.

Puede parecer una renacionalización de la PAC, porque no tendrá la misma capacidad de incrementar la cofinanciación Alemania que España, por ejemplo.

No se renacionaliza la PAC. El 80% son ayudas directas, que las paga en su totalidad la UE, las hemos salvado, queda igual.

En Catalunya se critica el establecimiento de los planes estratégicos por la posibilidad o no de establecer líneas de futuro propias según sus necesidades.

La reforma da mayor importancia a la estrategia y a conseguir objetivos. Obliga a las Administraciones a organizarse mejor, pero la Comisión respeta la estructura interna de cada Estado, deja a España organizar las ayudas de la PAC según su orden interno constitucional. La Comisión exige un plan estratégico nacional, pero dentro de él pueden existir diferenciaciones. Habrá 27 planes estratégicos (uno por Estado tras el Brexit) que serán examinados y aprobados por la UE. Hoy cada país distribuye los pagos directos sin aprobación de Bruselas, que solo analiza los Programas de Desarrollo Rural. Con este proyecto ganamos en estrategia y mejoramos la gobernanza. Las Administraciones tienen que pensar de modo estratégico y la Comisión mantiene el poder de preservar el aspecto común de la PAC. Nos preocupamos, desde Bruselas, de los objetivos estratégicos y la letra pequeña queda para los Estados.

Cuando hay una reforma de la PAC siempre se produce un cierto choque por las grandes diferencias entre la agricultura del norte de Europa y la del sur, por ejemplo con la ganadería extensiva y la intensiva típica en Lleida.

La PAC hoy y en el futuro será respetuosa con los diferentes modelos de desarrollo y de producciones de los diferentes sectores, pero hay una mayor apuesta por la sostenibilidad. La nueva PAC quiere incrementar los requisitos ambientales y la ganadería deberá apostar por una mayor sostenibilidad.

¿Será posible que los Estados cambien las producciones objeto de ayudas directas? ¿La fruta podrá tener ayudas?

El margen para distribuir entre sectores se mantiene más o menos en las mismas características. Pero hay mecanismos en los estados para que puedan hacer frente a situaciones concretas de la forma más eficaz. Antes de distribuir las ayudas es bueno que haya un análisis de sectores y territorios.

Para tener derecho a ayudas hay que ser “agricultor genuino”. ¿Qué significa?

Los estados deben definir qué parámetros deben cumplir. La UE solo apunta que la actividad agraria del perceptor no sea insignificante en su economía. Es una forma, además, de preservar la pluriactividad de muchos payeses.

Todo esto en un sector agrario en el que cada vez toma más relevancia la tecnología...

Con la nueva PAC hacemos una apuesta por el cambio tecnológico, por ejemplo con el programada satélite Copérnico, financiado por la UE. El agricultor puede producir más, ser más sostenible y gestionar de forma más eficaz utilizando las nuevas tecnologías. Estas servirán también para aligerar la burocracia que muchas veces se critica a la PAC. El satélite hace fotografías de los terrenos dos veces por semana, esto supone que muchos controles que se hacen en estos momentos van a desaparecer a medio plazo. Además, fuera de la PAC, sin quitar ni un euro a los fondos para los payeses, habrá 10.000 millones de euros para investigación agraria, un capítulo que duplica su financiación. Debemos apostar por la transferencia tecnológica, facilitar el contacto de los agricultores con los creadores de conocimiento, de innovación. Ser más ambiental no va a implicar aumento de costes en el futuro con las nuevas tecnologías.

Una de las grandes criticas del sector hacia la UE es su lentitud a la hora de afrontar las crisis de mercados. ¿Habrá cambios?

Limitados, pero se mejora el usos de la partida de 400 millones de euros previstos para gestión de crisis, será factible utilizarla de forma más fácil.