Daños locales de hasta el 30% en fruta por la piedra

La tormenta de pedrisco de la noche del jueves, que afectó a varios municipios de la comarca del Segrià como Massalcoreig, Seròs, Aitona, Soses, Torres de Segre, Alcarràs, Montoliu, Sudanell e incluso las partidas de Rufea y Butsènit del municipio de Lleida, produjo unos daños muy desiguales, según las primeras valoraciones del departamento de Agricultura. Pese a la gran cantidad de municipios afectados, el pedrisco caído, del tamaño de un guisante, iba muy mezclada con agua, y además era muy blanda, con lo que se prevé que la afectación sea mínima, apuntó ayer.

Los cultivos más afectados son la nectarina y el albaricoque, con afectaciones inferiores al 10% y pudiendo llegar puntualmente hasta el 30%, debido a que el daño causado por la piedra en muchos casos no produjo herida en la piel.

Los agricultores franceses acusan a España de vender fruta a precios inferiores a sus costes de producción

Además, Aspa, Alfés, Alcanó, Sarroca de Lleida, Llardecans y Maials, fueron otros municipios afectados por la tormenta, que descargó sobre cultivos como almendros y olivos, además de cereales de invierno, básicamente cebada y trigo, aunque sin provocar daños significativos.

En otro orden de cosas, unos 50 militantes de la organización agraria francesa Conféderation Paysanne levantaron el jueves una barrera en el peaje de Le Boulou (departamento de Pirineos Orientales), cerca de la frontera con España, para bloquear y filtrar la entrada de camiones cargados con fruta estatal, según Agropopular.

Se trataba de un acto de protesta para denunciar los precios de la fruta española y alertar a los candidatos a las elecciones europeas de lo que esta organización considera distorsiones de la competencia dentro de Europa.

Los agricultores concentrados bloquearon un camión cargado con albaricoques y cogieron una caja que presentaron después en una reunión en la prefectura de ese departamento. Según señalaron, esa fruta iba destinada a venderse a un precio de 1,45 euros por kilo, cuando el precio de coste francés se sitúa entre 1,60 y 1,80 euros/kilo.