El coworking gana adeptos

Alquilar un espacio compartido en lugar de un local propio es una alternativa por la que optan cada día más autónomos. Poder interactuar con otros emprendedores y separar el entorno laboral del personal son las principales ventajas del coworking. En la capital ya hay al menos dos centros que ofrecen esta nueva modalidad de trabajo.

Trabajar desde casa es una opción a la baja para autónomos y emprendedores. No tener un espacio fijo de trabajo, las distracciones y no poder interactuar con nadie son los motivos por los que cada vez más se decantan por el coworking, que consiste en alquilar un espacio, despacho o mesa en un local compartido para llevar a cabo la jornada laboral. Esta tendencia ya se ha consolidado en ciudades como Barcelona y Madrid, mientras que en Lleida se está abriendo paso y ya cuenta con al menos dos espacios que ofrecen la posibilidad de separar el hogar del trabajo y, a su vez, establecer sinergias con otros trabajadores. El espacio más icónico del coworking en la capital es el de la Casa de Fusta. Es municipal y actualmente acoge a once autónomos que trabajan en campos como la arquitectura, el diseño gráfico o las telecomunicaciones. Por un precio que puede ir de los 40 a los 90 euros al mes cualquier persona puede disponer de una mesa, conexión a Internet y acceso a una sala de reuniones. “Aquí podemos desarrollar nuestros proyectos, se crea un sentimiento de pertenencia y se establecen vínculos profesionales que pueden servir para crear nuevas ideas o proyectos conjuntos”, dice Noemí Cierco, responsable de la Casa de Fusta. “El coworking nace de una necesidad real de los emprendedores y es clave para evitar la soledad y el descontrol de horarios que supone trabajar en casa”, señala. Una opinión que comparte el responsable de la empresa Coworking, Òscar Botella, que ofrece mesas de trabajo a partir de 120 euros y también la posibilidad de pagar 15 euros diarios para ir días sueltos sin compromiso. “Ahora somos siete personas pero ampliaremos las instalaciones para doblar nuestra capacidad porque ya hay lista de espera”, señala Botella, que recalca que “tener que salir de casa a trabajar te hace ser más disciplinado y tener una rutina de trabajo”.

“El coworking es el salto a la profesionalización del autónomo”, señala el presidente del colegio de Economistas de Lleida, Josep Maria Riu. “Para el autónomo es importante separar el entorno familiar del laboral y el coworking te permite hacer eso, además de que te enriquece conociendo otros emprendedores y, al fin y al cabo, sale a cuenta económicamente”, subraya. Por ello, señala que en Lleida todavía está por explotar este fenómeno. “En Lleida esto no está tan extendido como en otras ciudades, pero a poco que se expanda y haya más coworkings la gente responderá porque acabará siendo una cuestión de necesidad para los autónomos”, sentencia.