AGRICULTURA CAMPAÑAS
La producción de aceite, en el aire si no llueve en setiem
Las fincas de secano se encuentran en un momento crucial, alerta la DO Garrigues || Las de regadío, en buen estado
La sequía está pasando factura a los olivos de Lleida, que se encuentran en un momento crucial en el que necesitan lluvias con urgencia. Así lo explicó ayer el presidente de la Denominación de Origen Protegida Les Garrigues, Enric Dalmau. Solo las fincas que cuentan con regadío pueden afrontar la próxima cosecha en buena situación, mientras que las de secano llevan meses padeciendo la escasez de las lluvias.
“Estamos en un momento crucial. Los olivos necesitan agua y la producción será muy distinta si llueve o no hay precipitaciones a lo largo de septiembre. Que los árboles cuenten con aportaciones hídricas el mes que viene puede hacer que los árboles produzcan el doble de lo que se puede estimar ahora o que la cosecha sea la mitad de la que se calcula. Pero sea como sea, está claro que en secano en Lleida será baja”, indicó Dalmau. Las últimas lluvias han sido insuficientes para mejorar la situación y, en el mejor de los casos, en zonas puntuales han llegado a descargar 5 o 10 litros por metro cuadrado, cuando el déficit de agua es muy superior.
Los agricultores ya daban por perdida prácticamente media cosecha por la falta de agua para los árboles
Unió de Pagesos ya advirtió hace dos semanas de pérdidas de un 50% de cosecha en Les Garrigues, una tasa que podría incrementarse si no llovía de manera significativa, algo que no ha ocurrido.
El sindicato reclama medidas de apoyo para el sector productor. Pero también apela a la ciudadanía y las empresas dedicadas a la alimentación para que se consuman aceites de oliva vírgenes y extra vírgenes catalanes, y recuerda que estas dos variedades tienen propiedades beneficiosas para la salud, según varios estudios.
Asimismo, Unió de Pagesos advierte que la reducción de la producción, sumada a la caída del precio en origen que sufre el sector, “puede llevar al abandono de los olivares menos rentables, pero que tienen un gran impacto ambiental, paisajístico y, al mismo tiempo, hacen de cortafuegos en caso de incendios forestales, como se ha demostrado este año en el devastador incendio de Ribera d’Ebre, Segrià y Les Garrigues.