EUROPA ECONOMÍA
Draghi se despide del BCE sin variar los tipos de interés
Mantiene al 0% los que presta a los bancos y en el -0,50% a los depósitos || Avisa de “incertidumbres prolongadas” en Europa
El Banco Central Europeo (BCE) decidió ayer mantener al 0% el tipo de interés al capital que presta a los bancos semanalmente y la tasa a los depósitos en el -0,50%, así lo informó tras la reunión del Consejo de Gobierno, el último que presidió el italiano Mario Draghi que será sustituido por la exdirectora del Fondo Monetario Internacional, Christina Lagarde. El Consejo reiteró que espera que ahora “los tipos de interés oficiales del BCE continúen en los niveles actuales o en niveles inferiores” hasta que observe una convergencia sólida de las perspectivas de inflación hasta un nivel suficientemente próximo, aunque inferior, al 2%. La entidad también confirmó que el próximo 1 de noviembre reiniciará las compras de la deuda a un ritmo mensual de 20.000 millones de euros, algo que anticiparon en septiembre.
Durante su despedida, Draghi, que compareció por última vez como máximo responsable de la política monetaria europea, reclamó a los líderes políticos “capacidad fiscal”, similar a mecanismos existentes en otras uniones monetarias, en la eurozona que permita hacer frente a la próxima crisis financiera. “Mi legado es no rendirme nunca”, resumió Draghi como colofón a sus ocho años al frente de BCE, entidad que ha transformado completamente. Durante su ponencia, el banquero romano también reiteró la necesidad de que otros actores, aparte de la política monetaria, intervengan con mayor decisión para lograr alcanzar completamente los beneficios de políticas monetarias adoptadas durante su etapa y advirtió que el mayor peligro que se cierne sobre el futuro es el de una recesión, ya sea a nivel global o circunscrita a la zona euro. “Si se quiere ver tipos más altos más pronto, la política fiscal debería actuar”.
El cargo de Draghi será ocupado por la expresidenta del FMI Christina Lagarde
También señaló que los datos entrantes desde el mes de septiembre confirman que la evaluación previa de una debilidad prolongada en el crecimiento de la eurozona, así como la escasa presión a los precios, es por lo que el riesgo de las perspectivas europeas siguen inclinándose a la baja.