«La economía en Lleida está creciendo más que la media estatal»

El BBVA Research, servicio de estudios de la entidad financiera, acaba de hacer público un informe que constata síntomas de desaceleración de la economía catalana. ¿Se augura una crisis?

Catalunya y Lleida siguen creando empleo y creciendo, incluso mientras en otros territorios se aprecia un descenso del sector externo, aquí continúa la actividad. Es cierto que hay un debilitamiento de la economía y crecen las posibilidades de una recesión, pero en estos momentos no hay indicios de ello.

¿Cuál es la posición de Catalunya y de Lleida en el contexto estatal?

Prevemos que Catalunya cierre el año con un crecimiento del 1,8%, una décima por debajo de la media estatal, y en 2020 sea de un 1,6%, en el promedio. En el caso de la provincia de Lleida, la mayor creación de empleo junto con un comportamiento que apreciamos de diferentes sectores nos lleva a pensar que la actividad crece más que en el resto del Estado.

¿Qué opinión tiene de las advertencias de Bruselas a España sobre la urgencia de ajustes?

El endeudamiento público es relativamente elevado, pero hay que tratar de generar un consenso de los socios europeos para que la reducción del déficit y la deuda no ralentice la recuperación. La política fiscal no puede ser un obstáculo adicional (a la recuperación). El déficit debe seguir reduciéndose pero no debería implicar medidas adicionales, sino aprovechar el impacto de la recuperación en los ingresos y teniendo en cuenta los gastos. Hablo, por ejemplo, de no usar el incremento de recursos por mayor recaudación de IRPF e IVA para incrementar gasto. Los bajos tipos de interés y la caída del paro y con ello del gasto público en este capítulo deberían destinarse al ahorro.

Desde el mundo de la empresa y de la economía en general se alerta de los costes de la incertidumbre, como la política. ¿Cuáles están siendo?

Impacta en el retraso de decisiones de inversión y es algo relativamente natural teniendo en cuenta el Brexit o las actuales tensiones arancelarias (referencia directa a la guerra comercial EEUU-China y el incremento de tasas de Washington a importaciones europeas como el aceite de oliva o el vino). Catalunya y Lleida tienen economías relativamente abiertas, con dependencia de la demanda externa y es normal que afecte a las inversiones. Nuestra idea es que la situación no cambie mucho a corto plazo y que la tensión geopolítica ha venido para quedarse. El reto está en el lado de las políticas públicas. España y la UE deberían preguntarse cómo generar más certidumbre.

Del lado presupuestario, tanto Catalunya como España trabajan con cuentas públicas prorrogadas, por ejemplo.

Empresas y ciudadanos han aprendido a vivir con incertidumbres, pero tiene un coste. Protegerse del entorno tiene un coste. Nosotros hemos apuntado que en los últimos cuatro años España ha perdido entre una y dos décimas de crecimiento del PIB cada año por las incertidumbres. Hablamos de cerca de un punto en el cuatrienio y de 150.000 puestos de trabajo, y la situación se podría extender. Otras comunidades autónomas tienen presupuestos y hay muchas empresas, como las de construcción o servicios públicos, que dependen de ellos y no tenerlos puede traducirse en contrataciones que se dejan de hacer.

El Banco de España urge a reformas en las pensiones y plantea alargar la vida laboral. ¿Qué opinan en BBVA Research?

Tenemos un problema con un déficit anual en la Seguridad Social de unos 16.000 millones de euros anuales y con el envejecimiento de la población irá creciendo si no se hace nada. Hablamos de un 1,5% del PIB y es necesario un consenso de la sociedad, entre generaciones, entre pensionistas y jóvenes para reducirlo a cero. Una opción sería retrasar la edad de jubilación o medidas para que la gente siga trabajando mientras disfruta de parte o toda la pensión. También se podría hablar de incrementar el período de cotización a la hora de calcular la prestación y de promocionar el ahorro para complementar en un futuro la pensión pública. Pero también hay que analizar el lado de los ingresos, como puede ser encontrar recursos alternativos para financiar las pensiones no contributivas, como por ejemplo por la vía de impuestos medioambientales o el IVA.