LABORAL EMPRESA
Sada, punto y final del matadero
Nutreco echa el cierre a las instalaciones avícolas de la histórica cooperativa Copaga en Lleida doce años después de asumirlas || La dirección acaba de abonar la nómina de noviembre, el finiquito y las indemnizaciones acordadas, y da de baja de la Seguridad Social a los empleados
Máquinas paradas. Muelles vacíos. Reja echada. Silencio y soledad. Así han quedado, al menos de momento, las instalaciones del matadero de pollos de Sada en Lleida tras el cese definitivo de la actividad debido a las pérdidas económicas registradas por la empresa. La dirección ha abonado, a lo largo de la semana, la nómina de noviembre, el finiquito y las indemnizaciones pactadas con los trabajadores, 223 afectados por el ERE de extinción y otros 16 prejubilados que han quedado al margen del expediente, y les ha dado de baja, según explicaron a SEGRE fuentes sindicales. Éste, pues, ha sido el epílogo de una historia que se remonta medio siglo atrás, cuando la Cooperativa Provincial Agrícola y Ganadera, Copaga, decidió instalarse en el Polígono Industrial El Segre. Allí levantó una fábrica de piensos, un matadero de cerdos y también uno de pollos. El negocio creció y, con los años, contribuyó a consolidar a Ponent como líder en sacrificios de esta clase de aves. Incluso en febrero de 1976, unos Juan Carlos I y Sofía recién llegados al trono, visitaron el recinto.
Aunque Copaga retuvo la propiedad del matadero de pollos hasta 2007, con el cambio de siglo, la neerlandesa Nutreco, de la mano de su filial Sada, entró en la planta. La arrendó por diez años. Sin embargo, en 2002, Copaga presentó la mayor suspensión de pagos de la historia de Lleida hasta aquel momento, con una deuda de 58,84 millones de euros, y, mientras alquilaba también su matadero de cerdos a otra firma, sacó adelante un plan de viabilidad a 12 años vista. Gracias a que Nutreco desembolsó 30 millones para quedarse con el matadero de pollos y con el de cerdos, con la fábrica de piensos y sus estocks, y los animales, Copaga saldó la deuda antes, en 2008. Pero pasados seis años, Nutreco, que dejó de sacrificar cerdos y se centró en los pollos, anunció que pensaba en vender Sada y Nanta, las filiales que operaban en Lleida el matadero y la fábrica de piensos, respectivamente. Esta operación no se materializó cuando los también holandeses de SHV compraron Nutreco. Hace poco más de dos años, invertían 2 millones en modernizar el matadero, que empleaba a más de 300 personas. Ahora, con el cierre, cerca de 250 leridanos se van a la calle.