Lleida ha cerrado la mitad de las sucursales bancarias en once años

Las entidades financieras han cerrado la mitad de las sucursales en la provincia de Lleida en los últimos once años. La red ha pasado de las 592 oficinas que tenían abiertas las cajas de ahorro y los bancos a mediados de 2008 a las apenas 306 de junio pasado. Así se desprende de la información oficial del Banco de España, que confirma el cambio radical del mapa de los establecimientos financieros en la provincia.

Los cambios vienen derivados de la desaparición de buena parte de las cajas de ahorro en plena crisis del sector, que han acabado en manos de bancos. Todo con excepciones de grandes cajas saneadas, como el caso de La Caixa, hoy Caixabank, además de otras como la aragonesa Ibercaja o las vascas Bilbao Bizkaia Kutxa, Kutxa y Caja Vital, que dieron paso a Kutxabank, por ejemplo. Las operaciones de compra o absorción por parte de grandes bancos fue la salida para un buen número de cajas. Por poner solo dos ejemplos, Catalunya Caixa encontró su tabla de salvación en el BBVA y Caixa Penedès hizo lo propio con el Banco Sabadell. Estas operaciones dieron como resultado duplicidades, es decir, que el comprador se podía encontrar con dos sucursales en la misma calle a apenas unos metros, una propia y otra de la red adquirida.

Pero los cambios también se deben a la política de la banca, que apuesta por la digitalización y que sus clientes utilicen cada vez más internet o el móvil para operar. Cierran pequeñas sucursales y abren oficinas más grandes que, en muchos casos no tienen servicio de cajero, solo los automáticos, potenciando otros servicios.

En Lleida, el proceso de cierres, pese a que ha ralentizado su ritmo, no ha parado. Por ejemplo, entre junio del año pasado y el mismo mes de este 2019 se han cerrado 25 oficinas, seis de ellas en el último trimestre.

En el conjunto del Estado, las entidades de depósito han cerrado 553 sucursales en el último trimestre, hasta situar el total de la red en 24.855, según el Banco de España.