El coronavirus dispara los costes de las exportaciones porcinas a China

El sector porcino ya nota los efectos del coronavirus. Así lo manifestó ayer el presidente de Anprogapor, Miguel Ángel Higuera, durante el acto de inauguración, en La Llotja de Lleida, del congreso Porciforum 2020, que este año cuenta con 1.200 inscritos. Higuera subrayó que, a raíz de la expansión de esta enfermedad, han aumentado los costes de exportar productos porcinos al gigante asiático. A modo de ejemplo, señaló que, antes del brote epidémico, las navieras cobraban unos 2.000 euros por alquilar un contenedor. Ahora, llegan a pedir hasta 5.000 euros. Además, según explicó, debido a las restricciones en los puertos chinos, el tiempo de transporte se ha incrementado también en un 30%. Ante este escenario, como avanzó SEGRE, empresas cárnicas están optando por congelar la carne de cerdo ante las dificultades de enviarla a China, uno de los principales mercados.

Pero el coronavirus no es la única afección que preocupa a uno de los principales sectores productivos de Lleida. La peste porcina africana (PPA) causaría pérdidas multimillonarias si entrara en el Estado español, donde fue erradicada en 1989. En este sentido, Antonio Rouco, profesor de Producción Animal en la Universidad de Murcia, expuso un caso hipotético de un brote de PPA en unas 20 o 30 granjas de una provincia en la que el sector tenga poco peso. Según sus cálculos, los productores tendrían un lucro cesante de entre 50 y 60 millones de euros. Además, las pérdidas indirectas, como el cierre de empresas auxiliares o los seguros, oscilarían entre 30 y 70 millones de euros. Esta proyección de Rouco, extrapolada al conjunto del Estado, se traduciría en una “catástrofe”. Y es que Rouco avisó que el riesgo de PPA en España es “alto”.

Reducen un 98% el uso de la colistina en las granjas La prevención de enfermedades y la lucha contra las bacterias resistentes son dos grandes frentes en los que batalla el sector porcino. A este respecto, Bruno González, catedrático de Sanidad Animal de la Universidad Complutense de Madrid, aplaudió que, a lo largo de los últimos años, se haya reducido en un 98% el uso de la colistina en las granjas. “Es extraordinario porque si utilizamos menos antibióticos en los animales, se desarrollarán menos bacterias resistentes y preservaremos su uso para la salud humana”, explicó. Por su parte, Cristina Masot, experta en Salud y Seguridad Alimentaria de la UE, aseguró que la entrada en vigor en abril del año que viene de la nueva normativa comunitaria de salud animal prácticamente no se notará ya que las leyes en España son “robustas” y algunas de las medidas que introducirá Bruselas ya se están aplicando. Y es que la prevención es la mejor herramienta para prevenir la propagación de enfermedades, como apuntó Philippe Houdart, de la Agencia de Seguridad Alimentaria belga.