ESNOTICIA
Sin caja, sin ayudas y en el limbo
El martes se cumplió un mes desde que los comercios, bares y restaurantes tuvieron que cerrar por el estado de alarma decretado por la pandemia del coronavirus. Sus responsables destacan que desde entonces no han tenido ingresos, mientras que han tenido que seguir afrontando gastos, impuestos incluidos. Pero lo peor no es lo que ya ha ocurrido, sino lo que está por llegar, ya que “nadie ha dado una fecha de cuándo se podrá retomar la actividad”. Así lo asegura el presidente de Pimec Comerç, Manel Llaràs, que reconoce que esta incertidumbre “pone en riesgo la continuidad de muchos negocios”. En la misma línea opina la presidenta de la Federación de Comercio (Fecom), Maria Rosa Eritja, que reconoce “no tener ni idea” de cuándo podrán reabrir. “Nuestro sector es de los más perjudicados porque no tiene ingresos, por lo que deberían percibir una especie de pensión o ayuda económica”, afirma, y que si “hasta mediados de junio no se podrá levantar la persiana, el año está perdido”.
Aún más crítico se muestra el presidente del Eix Comercial, Llorenç González, que asegura que los comerciantes están “muy desanimados”. Censura que “no hay manera de que lleguen las ayudas, mientras tenemos que seguir pagando impuestos, alquileres y demás gastos pese a que desde las administraciones aseguren que muchos de estos pagos los han aplazado”. Respecto a las perspectivas de poder reabrir, González dice que “siendo optimista diría que a mediados de mayo, pero creo que hasta junio seguiremos igual”.
Para la vuelta a la actividad estudian medidas como dar mascarillas y geles y medir la temperatura a los clientes
Los empresarios reclaman a la administración que “no se olvide” del sector del ocio
Los hosteleros se suman a las quejas de los comerciantes por la falta de ayudas. “Todavía no he percibido ninguna de las que solicité y la cosa urge, porque seremos de los últimos sectores en volver a la actividad”, lamenta Miquel Andreu, del restaurante La Granja de Cappont. Teme que “deberemos reinventarnos para poder seguir adelante, porque creo que hasta junio no podremos volver al trabajo”. Uno que sí se ha reinventado es Ángel Rodríguez, que regenta el restaurante Carballeira. “A partir de este fin de semana ofreceremos comida a domicilio para tener algún ingreso y entretenernos”. Al igual que Andreu, vaticina que “la vuelta a la normalidad, si es que volemos a ella, será larga y debemos plantearnos muchas cosas”.
Otro interrogante es el de las medidas preventivas que deberán tomar cuando se vuelva a abrir. “No se cuál es la mejor solución: tomar la temperatura a empleados y clientes o dar geles, guantes y mascarillas”, admite Llaràs. “Estamos estudiando limitar aforos y que cada tienda tenga geles y mascarillas”, señala González, mientras que otros como Rodríguez abogan por tomar la temperatura de clientes y trabajadores “y poner los platos y cubiertos en el momento en el que se sienten a la mesa para evitar que se infecten”.
El sector critica la falta de controles sanitarios de la venta online “Estamos muy preocupados porque el sector ya estaba bastante tocado antes de todo esto y el coronavirus puede ser un hachazo para todos”, asegura Montse Bonet, encargada de la tienda Colonial de la plaza Sant Joan de Lleida. “Llevo 30 años como comerciante y nunca había visto nada igual”, y lamenta que “la gente siga comprando productos no esenciales por internet, eso nos perjudica mucho y estaría bien que se solidarizasen con nosotros”. Asegura que “tenemos unas ganas locas de volver a abrir” y confía en que a mediados de mayo puedan hacerlo. No obstante, asegura que tomarán medidas, entre las que se encuentran “atender a los clientes con guantes y mascarillas, limitar el aforo para que solo estén cuatro o cinco clientes a la vez dentro de la tienda y repartir geles desinfectantes”.