Talleres al ralentí y protegidos

Los talleres de coches son uno de los servicios esenciales que podían permanecer abiertos incluso durante los días del confinamiento más severo. No obstante, reconocen que apenas han tenido actividad “más allá de alguna urgencia” y esperan que a lo largo de las próximas semanas vuelvan a tener trabajo. Por este motivo, desde el gremio de talleres de Lleida están aconsejando a sus asociados que tomen medidas preventivas para evitar contagios. “Desinfectar el coche antes y después de la reparación es muy importante, tanto para el trabajador como el cliente”, señala Estanis Grau, presidente del gremio. Para ello utilizan geles desinfectantes que pasan por el volante, cambio de marchas, puertas y todo lo que sea susceptible de ser tocado, a la vez que cubren tanto los asientos como el volante. Por otro lado, toman la temperatura a todos los trabajadores y clientes y, si supera los 37,5 grados, no pueden entrar en el taller.

“Todos los talleres de Lleida desinfectan los vehículos, mientras que hace una semana que tomamos la temperatura, de forma totalmente anónima”, señala Grau. Otro gerente de un taller de la capital asegura que, a parte de desinfectar los vehículos y de que trabajadores y clientes utilicen mascarilla y guantes, “obligamos a los empleados a desinfectarse las manos varias veces al día, más vale ser precavidos”.

“Con arrancar el coche una vez a la semana debería ser suficiente para comprobar si está bien”, aseguran

Por otro lado, el confinamiento ha provocado que, salvo por cuestiones laborales o de emergencia, apenas utilicemos el coche. A raíz de esta situación, algunos talleres han enviado una serie de consejos a sus clientes para que verifiquen que todo funciona debidamente. Algunos son arrancar el coche una vez a la semana; encender durante unos minutos la calefacción o el aire acondicionado al máximo; limpiar de vez en cuando tanto el interior como el exterior del coche y revisar la presión de los neumáticos. “Todas estas medidas están bien, pero lo único que recomiendo yo es poner en marcha el coche una vez a la semana para ver que todo está correcto”, dice Grau, aunque “tener el coche parado menos de dos o tres meses no debería comportar ningún tipo de problema en su funcionamiento interno si antes estaba en buenas condiciones”. Paralelamente, confía en que con la vuelta a la actividad empiecen a volver los encargos y las reparaciones. “El ritmo de trabajo ha bajado bastante y solo acuden clientes para solucionar averías que no se podían posponer. Esperábamos que la semana pasada volviera la actividad, pero de momento nada, estamos bastante desanimados”, concluye Grau.