La Val d'Aran, el Sobirà y la Alta Ribagorça, las más afectadas laboralmente por el coronavirus
La pandemia ha dejado en paro o en un ERTO a uno de cada tres catalanes, según la Intersindical-CSC
Más del 30% de los trabajadores de Cataluña se han quedado sin trabajo o se encuentran incluidos en un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) a causa del coronavirus, según la Intersindical-CSC. Además, en algunas comarcas, el impacto llega a más de la mitad de las personas trabajadoras y en algunas actividades económicas, ronda o supera el 80%. La Intersindical-CSC ha hecho estos cálculos en base a los datos de los departamentos de trabajo de los diversos gobiernos y de la seguridad social.
En concreto, ha analizado la evolución de la filiación en cada territorio, comarca y actividad económica, los últimos tres años, entre diciembre y marzo, para proyectar cuál habría sido la cifra de personas asalariadas a finales de este marzo si no hubiera impactado el coronavirus, para extraer la cantidad de puestos de trabajo destruidos y también los dejados de crear a raíz de la pandemia. Un dato que se ha combinado con la de afectación por ERTE para fijar el porcentaje de afectación global en cada lugar y sector –en relación a la cantidad potencial de trabajadoras y trabajadores si no hubiera impactado el coronavirus-. Estas cifras, en todo caso, son conservadoras, según indica el sindicato, ya que los despidos incluidos llegan hasta finales de marzo y, durante abril, la destrucción de empleo ha seguido adelante, así como hay miles de ERTE presentados a la administración y pendientes de aprobación.
De esta manera, 854.859 catalanes se habrían visto afectados laboralmente por el coronavirus –694.016 por un ERTO y 160.843 por paro–, un 30,1% del total.
A nivel comarcal, algunos territorios de montaña sufren afectaciones superiores al 50%, como la Vall d'Aran (67,5%) o comarcas como el Pallars Sobirà (54%), la Alta Ribagorça (51,9%) y la Cerdanya (50,2%). Se trata, además, de las comarcas donde la destrucción de empleo supone un porcentaje más elevado de la afectación –incluso la mitad de los puestos de trabajo potenciales en el Aran desaparecieron–, por encima de las personas incluidas en ERTE, por el impacto en sectores vinculados al turismo de montaña o las actividades vinculadas.