JUSTICIA EMPRESAS
La plataforma Wallapop se vería obligada a cambiar su marca por imitar la marca leridana Wala
Penúltimo paso para que la justicia europea dé la razón al grupo leridano Unipreus
El abogado general del Tribunal de Justicia Europeo (TJUE) avaló ayer la sentencia del Tribunal General de la UE que estableció que el nombre del portal de compraventa Wallapop imita al de la marca leridana de ropa deportiva Wala, de la empresa Unipreus, por lo que la plataforma se vería obligada a cambiar su marca. Por ello, pide que desestime el recurso de casación de Wallapop. El responsable de Unipreus, Jordi Querol, explicó que antes de que el Tribunal de Justicia de la UE dicte sentencia en unos dos meses, siempre se pronuncia antes el abogado, “a quien normalmente suele hacer caso”.
En sus conclusiones, el abogado general, Gerard Hogan, señala que Wallapop ofrece, entre otros servicios o con carácter específico, una plataforma en línea o servicios de intermediación o gestión, y no servicios de venta propiamente dichos. Hogan considera que hay similitud de los canales de distribución de las marcas en conflicto, ya que los mismos productos se pueden encontrar en ambas plataformas, por lo que ve riesgo de confusión entre las dos marcas. Así, reitera que el hecho de que el Tribunal General haya declarado que el calzado deportivo que vende Unipreus en línea también se ofrece en la plataforma de Wallapop demuestra por sí solo que esto es así, aunque la venta al por menor la lleven a cabo usuarios de la plataforma y no la propia Wallapop. Con respecto al argumento del recurso de la plataforma digital, que alegaba que no compite con comercio tradicional sino con otros portales digitales, lo desestima señalando que ha de entenderse que los servicios controvertidos compiten claramente entre sí.
Lo más habitual es que el TJUE asuma las tesis del informe del abogado general en sus sentencias
El Tribunal General dictó en 2018 la sentencia que cuestionaba el registro de Wallapop como marca comunitaria por sus similitudes con la de la empresa leridana. No obstante, el inicio del litigio se remonta a septiembre de 2014. Ahora, tras casi seis años, Querol confía en que el máximo órgano judicial de la UE les acabe dando la razón. “Estamos contentos, pero todavía no hay nada definitivo”, manifestó.