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ENERGÍA ANÁLISIS

El lado oscuro del recibo de la luz

En las dos primeras semanas se ha disparado en unos 20 euros para una familia media || El precio mayorista siempre queda fijado en la oferta más cara para cubrir toda la demanda

Un joven lee bajo una lámpara de pequeña potencia en plena ola de frío y altos precios de la luz.

Un joven lee bajo una lámpara de pequeña potencia en plena ola de frío y altos precios de la luz.JESÚS HELLÍN / EUROPA PRESS

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Dice el refrán que año de nieves es año de bienes, y este 2021 ha comenzado con nevadas históricas, pero unos recibos de la luz que no sientan nada bien a los bolsillos de los consumidores. Con una demanda disparada, la subida interanual en el precio del kilovatio hora (kWh) de electricidad alcanza el 40,6% en los primeros 15 días de enero, según el análisis de FACUA-Consumidores en Acción. Con el precio medio del kWh de estas dos semanas, la factura mensual del usuario medio estaría casi 20 euros por encima de la del mismo periodo del año pasado. El recibo supondría 88,06 euros, lo que representa un incremento del 29,1% con respecto al de los primeros 15 días de 2020, cuando se situó en 68,20 euros. Cuando al consumidor le llega la factura de su compañía, el precio mayorista de la electricidad representa alrededor del 35% sobre el recibo final, mientras que en torno a un 40% corresponde a los peajes y cerca del 25% restante, al IVA y al Impuesto de Electricidad.

Para determinar el coste de la electricidad existe desde hace más de 20 años un mercado organizado en el que se fija para cada hora de cada día del año un precio. Los compradores y vendedores que operan en España negocian a través de OMIE (Operador del Mercado Ibérico de Energía) y para casar ofertas y demandas, el mercado utiliza un algoritmo específico denominado Euphemia. La mecánica de ese mercado mayorista, en el que compran la electricidad los comercializadores que luego la venden al consumidor final, es cubrir la demanda usando las centrales de menor a mayor coste, pero el precio que cobran todas ellas es el de la última central usada, que será la más cara a esa hora del día. Para atender el consumo en primer lugar se utilizarán las renovables (eólica, solar, etc), la nuclear y la hidroeléctrica fluyente que haya disponible ese día y, si con esa producción no se cubre la demanda, empezarán a usarse centrales que funcionan con combustibles más caros, como el gas o el carbón. Como resumen: cuanto más energía natural, más barata es la electricidad. Si el temporal reduce la fuente solar por las nieblas, por ejemplo, el coste se dispara. Este diseño implica una alta volatilidad de precios, como ocurre ahora.

Pueden contratar la luz en el mercado libre, sin penalización por subidas, ni beneficios por bajadas

Lleida

Las fluctuaciones del precio mayorista de la electricidad no afecta a todos los consumidores por igual. Lo hace de lleno sobre los acogidos a la tarifa regulada o Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC), que en 2019 eran 11 millones de clientes, el 37% del total, según la Comisión Nacional de la Competencia. Red Eléctrica de España publica las variaciones de precios que afectan a estos clientes con PVPC, una tarifa a la que puede acogerse cualquier consumidor doméstico con una potencia contratada inferior a 10 KWh.

Aunque hay expertos del sector que aconsejan esta tarifa como más barata a largo plazo y cualquiera puede contratarla con facilidad (basta enviar un correo electrónico a una de las cinco empresas acreditadas como comercializadoras de último recurso), la mayoría de consumidores en España ha optado por contratos de mercado libre con su eléctrica. Esta opción supone que las variaciones de precios del mercado no les afecta ni para lo bueno ni para lo malo, porque les evita pagar más cuando están muy altos, pero les impide pagar menos cuando bajan.

El capítulo de impuestos representa una cuarta parte del recibo. Por una parte, el IVA suone el 21% y además se debe abonar un impuesto sobre la electricidad del 5,1127%. El impuesto del valor añadido en España es de los más altos del entorno. Por ejemplo, en Francia se sitúa en un 20%, Alemania lo tiene establecido en un 19%, en Grecia está estipulado en el 13%, mientras que en Italia representa el 10% y en Portugal hay un tipo reducido del 6%. El Gobierno central descarta bajarlo, a pesar que en España es superior en 1,7 puntos al promedio europeo y en 2,6 puntos al promedio de la eurozona. Está especialmente lejos de los seis países que aplican tipos reducidos: Italia, Irlanda, Grecia, Croacia, Italia, Luxemburgo y Malta.

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