ESNOTICIA
La escalada de precios cuesta 800 € anuales en el salario de los leridanos
La inflación, liderada por la luz, se ha disparado el 6,4% y los convenios, el 2,27%
La inflación se ha disparado este año que está a punto de acabarse, con la luz y los carburantes, hasta un 6,4% en las comarcas de Lleida. Sin embargo, los convenios suscritos este año apenas reflejan una mejora del 2,27%. Así, la pérdida para un sueldo medio en la provincia de Lleida ronda los 800 euros anuales.
Los datos estadísticos suenan en muchas ocasiones fríos y distantes, pero cuando se traducen a conceptos más cercanos, la cosa cambia mucho.
Este año el precio de la luz se ha multiplicado por ocho y prácticamente llevamos semanas en las que se registran varios máximos históricos. Así las cosas, en los últimos doce meses la inflación en Lleida se ha disparado un 6,4%, una cifra que queda muy lejos de la revalorización aplicada a los sueldos y a las pensiones. De hecho, los convenios suscritos este año en Lleida apenas reflejan incrementos salariales de un 2,27%.
Dicho de otra manera, los precios han crecido 4,13 puntos porcentuales que las nóminas de la inmensa mayoría de los leridanos. Los últimos datos oficiales de la Agencia Tributaria sitúan el salario medio en Lleida en 19.495 euros. Así, la gran diferencia entre los incrementos de los precios y los aumentos salariales, quien lo haya tenido, le cuesta de media a cada leridano del orden de 805 euros anuales.
Prorrateado en 14 pagas, incluyendo las extraordinarias de diciembre y julio, hablamos de más de 57 euros mensuales.Los pensionistas recibirán en enero una “paguilla” de unos 239 euros en Lleida para compensar el incremento de la inflación por encima de las previsiones, pero no cubre todo el desfase. Además, en este caso se toma como referencia la inflación estatal, que es de un 5,5%, nueve décimas por debajo de la de LleidaA este “coste” del IPC sobre las nóminas tenemos que añadirle además que con ese sueldo tiene que afrontar unos servicios, como la luz, el gas o la gasolina y el gasóleo que están en plena carrera alcista digna de la Fórmula 1 por su aceleración. Facua-Consumidores en Acción calcula, con datos de la primera quincena de este mes de diciembre, que una familia media que tenga contratada la tarifa semiregulada sobre la evolución del semirregulado PVPC (precio voluntario para el pequeño consumidor) tendrá una la última factura de diciembre de 134,45 euros.
Estamos hablando de casi el doble que hace un año, en concreto un 94,1% por encima de los 69,28 euros de diciembre de 2020.
El IPC ha crecido un 52,5% en los veinte años con euros en el bolsillo
El 1 de enero se cumplirán 20 años desde que empezamos a tener euros en el bolsillo, aunque realmente llevaba ya desde 1999 como moneda oficial para las operaciones financieras. En estas dos décadas, la inflación en las comarcas de Lleida se ha incrementado en un 52,5%, según los datos del Instituto Nacional de Estadística.
Desde que es la moneda única europea, el repunte es de un 68,5%. Por poner algún ejemplo, un café que se pagaba en España a 50 céntimos de euro y ahora se paga claramente más del doble. El famoso Reflex Spray ha pasado de los 5,86 euros que costa en las farmacias hace 20 años a los 12,32 euros de precio máximo establecido en estos momentos.
Un litro de gasóleo costaba en los postes de las gasolineras del orden de 68 céntimos de euro. Los precios publicitados por el ministerio de Energía en Lleida este miércoles oscilaban en Lleida entre los 1,164, en las estaciones de servicio más baratas, y los 1,434. Es decir, que hace 20 años 30 euros nos permitían recargar algo más de 44 litros.
Hoy apenas podríamos repostar con ese dinero entre algo más de 25 litros, en el mejor de los casos, y no llegaríamos a 21 si lo hacemos en la más cara.En estos momentos, la inflación se está convirtiendo en uno de los grandes quebraderos de cabeza, con previsiones de que la carrera al alza que se aprecia desde el pasado verano no tiene visos de frenarse a corto plazo. Entre otras razones para esta previsión es, una vez más, la escalada de los precios de la energía, desde la luz a los carburantes pasando por el gas. En este contexto, los sindicatos reclaman actualización de salarios mientras los empresarios se resisten.