POLÍTICA ECONÓMICA
La reforma laboral prevé acotar en Lleida los 12.400 contratos eventuales al mes
El Congreso aprobó ayer la reforma laboral por la mínima y en una votación accidentada. De hecho, salió adelante por el error de un diputado del PP y sin los socios de investidura de Pedro Sánchez. El texto prevé acotar al mínimo los contratos eventuales, que representan un promedio de 12.400 al mes en Lleida.
La reforma laboral pretende luchar contra la precariedad en el empleo y contra los contratos eventuales, para conseguir que los fijos sean la norma. Dicho de otra manera, aspira a reducir a la mínima expresión los temporales, que el año pasado supusieron 12.400 contratos suscritos cada mes en la provincia de Lleida, con especial relevancia en la temporada de verano por la coincidencia de la actividad agrícola y turística. El pasado mes de enero fueron 9.276, casi cien menos que en diciembre, marcado por la campaña navideña.
La norma, aprobada ayer por la mínima en el Congreso y por el error de un diputado del PP, reduce la posibilidad de encadenar contratos temporales a un máximo de 18 meses, desde los 24 de la actualidad. Además, los trabajadores de temporada serán considerados fijos discontinuos. Este segundo punto tiene una afectación especial en la campaña de la fruta y, de hecho, las organizaciones agrarias consideran que no se ha tenido en cuenta las peculiaridades de la actividad del campo.
Los datos de la Seguridad Social del mes de enero reflejan que 4.868 leridanos tienen un contrato como fijo discontinuo en Lleida, una cifra que previsiblemente crecerá con la nueva legislación. Por el contrario, la cifra de 42.425 leridanos eventuales debería disminuir de forma significativa. Hablamos de 29.076 personas empleadas a jornada completa y 13.349 que lo están por unas horas al día o a la semana.
Entre las grandes novedades, se elimina la modalidad de contratación por “obra y servicio” dado que, según el Gobierno, es la que concentra el mayor fraude. El mes pasado se firmaron en Lleida 3.333 de este tipo de contratos. Con el cambio normativo, podrán seguir vigentes un máximo de seis meses desde la entrada en vigor de la reforma laboral.
Ahora se recupera la ultraactividad indefinida de los convenios colectivos (vigencia una vez caducados). Los de empresa dejan de tener prioridad en materia salarial, con el fin de evitar las prácticas de devaluación salarial. En Lleida el año pasado se firmaron once convenios colectivos, siete de ellos de empresa y cuatro de sector.
Sin los socios de investidura y con sorpresa
El Congreso convalidó ayer el decreto ley de la reforma laboral por un solo voto de diferencia emitido telemáticamente y por error por el diputado extremeño del PP Alberto Casero, lo que permitió salvar la norma pactada por el Gobierno y los agentes sociales. Iba a salir adelante con el respaldo de los dos diputados de UPN, pero se saltaron la disciplina de voto. De esta manera, fueron 175 votos a favor y 174 en contra.
En el PP aseguran que Casero votó en contra, cuestión que quiso plantear tras la votación la portavoz de este grupo, Cuca Gamarra, sin que la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, lo admitiera, lo que fue recibido con gritos de “tongo” en la bancada popular. El sorprendente desenlace dejó atrás un debate en el que se daba por hecho que el Gobierno tenía amarrados los votos necesarios y en el que la atención se concentraba en el cambio de los apoyos del Ejecutivo de coalición, con el voto a favor de Ciudadanos y el rechazo de socios habituales como PNV, ERC y EH Bildu. La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, tuvo que encajar el “no” de ERC tras una negociación que ella misma había liderado, y el rechazo frontal de la derecha del PP y VOX.
El portavoz de los republicanos, Gabriel Rufián, acusó al Gobierno de intentar “estafar” con la reforma laboral y le afeó no haber hecho un proceso de negociación sino solo “de presión”. Desde Junts, Míriam Nogueras calificó de “parche” la reforma, que cree que “excluye a la mayoría de trabajadores y del tejido empresarial de Catalunya”. El portavoz del PDeCAT en el Congreso, Ferran Bel, defendió el sí de su partido para evitar, dijo, una “inestabilidad absoluta”.