ENTREVISTA PEQUEÑAS Y MEDIANAS EMPRESAS
«Queda el segundo round de la reforma laboral, los convenios»
Entrevista Josep Ginesta, secretariO de PIMEC
¿Cómo valoran la reforma laboral desde Pimec?
No es la que queríamos ni necesitábamos, porque debía haber afrontado aspectos estructurales y, por ello, consideramos que se ha perdido una oportunidad. Hablamos, por ejemplo, de la formación profesional. La temporalidad había que atajarla porque es un problema social, con una gran brecha entre trabajadores fijos y eventuales.
Pero hay que resolver el problema de dar flexibilidad al mercado, porque hay trabajos, negocios que la necesitan. Por ejemplo en la hostelería, que pueden tener necesidades puntuales para un día concreto. No podemos penalizar los contratos de corta duración en sectores claros como la hostelería.
¿Ya se están notando los efectos de la reforma?
En enero se hicieron más contratos indefinidos, pero cayeron los temporales. Espero que no sea algo estructural porque hay gente que no ha contratado por las rigideces que se introducen.
Afirman desde Pimec que las pequeñas y medianas empresas no han estado representadas en la negociación, que no han tenido voz.
Nosotros queríamos calidad democrática en la negociación. Las pymes no han tenido voz en la negociación. Es verdad que estaba Cepyme, pero es una organización integrada en la gran patronal CEOE.
La consecuencia es que esta reforma no permite recuperar derechos en cuestiones estructurales, como por ejemplo compensaciones parciales para empresas de menos de 25 trabajadores en casos de expedientes de regulación, con el 60% del coste para la empresa y el 40% en manos del Fogasa. Con todo, ahora nos toca el segundo round de la reforma laboral, llevarla a los convenios. Y en la negociación de muchos las pymes tienen vetada la negociación.
¿Respaldan la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) a mil euros?
Pasa lo mismo que con la reforma laboral. Está bien subir el SMI y transitar a lo que dice la Carta Social Europea, situarla en el 60% del salario. Pero hay que tener en cuenta el otro gran factor, la productividad. Desde 2016, ha subido un 52,6% y estaría bien si hubiera crecido la productividad, pero esta evolución es negativa medida en PIB per cápita por trabajador. Necesitamos hacer un pacto para mejorar la productividad.
¿Qué debería incluir el pacto?
Sería necesaria una concertación social tripartita, con todas las administraciones, desde las locales y autonómicas a la estatal. Se debería llegar a acuerdos en aspectos como la formación, la mejora de procesos o la cultura de la productividad, entre otros. El salario no puede ir indexado solo con el IPC, hay que tener en cuenta otros factores como la productividad, el crecimiento del PIB, las ventas, el margen empresarial. Hay que apostar por la eficiencia y la mejora de la economía.
¿Qué opinan de la semana laboral de cuatro días?
Bélgica plantea compactar la jornada en cuatro días. Pero si tenemos un problema de producividad no podemos trabajar menos. Es hacer las empresas menos competitivas. La compactación puede tener efectos neutros en algunos casos, pero en otros puede tenerlos muy negativos. Por ejemplo, en sectores con más carga física de trabajo no podemos hablar de jornadas de diez horas.
¿El teletrabajo ha venido para quedarse?
Estamos perdiendo la oportunidad del teletrabajo, que puede ser bueno para los trabajadores, para las empresas y para la sociedad. Permite estar más cerca de casa, de la familia, evita desplazamientos, accidentes y tiene un efecto sobre el medio ambiente. En la mayoría de las empresas ha mejorado el compromiso de las personas y la productividad. Para la sociedad mejora el equilibrio territorial y que pueblos dormitorio tengan vida.
Funciona cuando el teletrabajo es acordado y organizado, pero con el coronavirus lo hicimos a trompicones. La legislación del teletrabajo no se ha hecho con perspectiva de empresa a empresa. Con las rigideces perdemos una gran oportunidad.
El incremento de costes es uno de los grandes riesgos para las empresas.
Con la Covid se incrementaron los costes de los suministros y, además, disparó las dificultades para acceder a determinadas materias primas. Hay empresas que han podido trasladar a los precios parte de ese incremento, con la consecuente reducción de márgenes. Además, nos enfrentamos a la gran subida de los costes energéticos. Hay empresas que han tenido que paralizar producciones porque el precio de la energía les destrozaba el margen ¿Y qué hacen las Administraciones? Cero. No han tomado medidas estructurales ni de otro tipo.