El sector cárnico apuesta por la comunicación y la ciencia para rebatir la 'desinformación' y los 'ataques' a su reputación
Gonzalo Bernardos sostiene que la guerra en Ucrania "no tiene perspectivas de alargarse" y que "los efectos serán limitados"
El sector cárnico apuesta por la comunicación y la ciencia para rebatir la "desinformación" y los "ataques" a su reputación. Las empresas y los científicos y expertos que participan en el 22.º Congreso AECOC de Productos Cárnicos y Elaborados que se hace en Lleida han coincidido en qué debates como el de las macrogranjas generan confusión y ponen en riesgo la viabilidad del sector. En este sentido, han resaltado que las granjas porcinas españolas tienen por término medio 420 cerdos, con respecto a los 1.900 de Alemania o a los 3.500 de Dinamarca. El economista Gonzalo Bernardos ha pronosticado ante|delante de los representantes de las principales empresas cárnicas estatales que la guerra en Ucrania "no tiene perspectivas de alargarse" y considera que "sus efectos serán limitados".
La CEO de Campofrío Frescos, Camille Greene, ha asegurado que "nunca había escuchado la palabra macrogranja como en los últimos meses" y considera que el término "se está utilizando intencionadamente para generar confusión y activar campañas contra la ganadería". En este sentido, ha afirmado que en el Estado se cumple con la legislación vigente y ha recordado que las granjas porcinas tienen por término medio 420 cerdos, mientras que en países como Alemania tienen 1.900 y hasta 3.500 en Dinamarca.
El catedrático Carlos Buxadé ha explicado que, a pesar de estas cifras, en Alemania los ganaderos son considerados empresarios ejemplares y ha advertido que "la comunicación negativa que se está generando pone en riesgo las ganaderías españolas y compromete su rentabilidad". Así, ha remarcado que el consumo de proteína animal está bajando tanto en el estado español como en Europa.
Buxadé ha defendido que los empresarios son los principales interesados en promover sistemas productivos sostenibles para asegurar la viabilidad de sus negocios. "El sector busca minimizar la generación de residuos y evitar dañar el entorno, ya que en caso contrario su actividad no es sostenible," ha dicho. El catedrático ha asegurado que "las empresas del sector cárnicos son ejemplares y ejemplarizantes", y les ha reclamado "pasar a la ofensiva con una comunicación basada en criterios técnicos y científicos y no emocionales".
La química y divulgadora científica Deborah García ha señalado que "los datos científicos refuerzan que el consumo de carne es totalmente compatible con una dieta sana y sostenible, pero defenderlo comporta problemas, ya que el discurso de moda es el de no comer carne".
Dos modelos compatibles
En su intervención en el congreso, el director general de la división avícola de Vall Companys, Josep Solé, ha asegurado que tanto la ganadería extensiva como la intensiva son necesarias. La primera, para limpiar y sanear los campos, y la segunda para garantizar el suministro de carne. En el mismo sentido, se ha expresado el director general de Novafrigsa-Grup Coren, Dino Grobas, que ha descrito las granjas con más cabezas de ganado como "modernas, eficientes y viables". "La ganadería genera el 5% de los gases de efecto de invernadero, mientras que la producción de tecnología digital supone el 4%, pero no existen campañas en contra suya", ha afirmado Grobas.
La gerente de RSC de Lidl en España, Michaela Reishcl, ha incidido en la necesidad de comunicar las buenas prácticas del sector para llegar a un consumidor cada vez más concienciado. "El comprador quiere saber de donde|dónde venden nuestros productos, de qué están hechos y como los envolvemos", ha indicado. Reischl ha remarcado que una buena comunicación repercute en las ventas, y ha puesto como ejemplo que las ventas de huevos de Lidl han crecido un 26% desde que apostaron por poner en los suyos lineales únicamente variedades ecológicas.
Impacto de la guerra en Ucrania
En el marco del congreso AECOC, el profesor de la UB, Gonzalo Bernardos, ha analizado el actual contexto económico, marcado por el conflicto bélico en Ucrania. "Las sanciones impuestas a Rusia afectarán al precio de las materias primas, del gas y, por lo tanto de la industria agroalimentaria", ha asegurado. Con el fin de paliar sus efectos ha reclamado un "pacto de rentas", siguiendo al modelo de los Pactos de la Moncloa de 1977, en el cual los trabajadores sacrifiquen parte de su poder adquisitivo y los empresarios parte de sus beneficios.
Bernardos ha pronosticado que la guerra no se alargará y que "sus efectos serán limitados", por lo cual ha recomendado a las empresas del sector cárnico "no repercutir toda la subida de los costes a los consumidores para conservar a su clientela y pasar este año sin mayores impactos". A la vez, el economista ha reclamado al gobierno español medidas para apaciguar los efectos de la inflación y evitar que dañen el sistema productivo. En este sentido, considera necesario habilitar subvenciones en el sector del transporte y reducir el impuesto de sociedades.
A pesar de la situación actual, Bernardos ha augurado que la década de los años 20 será de crecimiento y ha asegurado que los Fondos Europeos son una oportunidad para el Estado. "El problema que tendremos es en qué gastamos el dinero", ha planteado. El profesor de la UB también ha dicho que las afectaciones sobre la cadena de suministro vividas a raíz de la pandemia y de la crisis de Ucrania provocarán cambios en la Unión Europea. En este sentido, considera necesario replantear cuestiones como la soberanía energética y alimentaria y la Política Agraria Común (PAC) para ir hacia "un proteccionismo estratégico para que Europa no dependa tanto de mercados exteriores".