Los constructores prevén parar obras por la desbocada escalada de los costes

El aumento de los costes de los materiales de construcción iniciado hace unos meses se ha disparado en las últimas semanas hasta cotas nunca vistas por la escalada de los precios de la energía y del combustible, y el gremio de constructores de Lleida da por hecho que se deberán paralizar obras. Así lo aseguró ayer su presidenta, Núria Cervós, que lamentó que “lo que empezó como una subida puntual de precios a finales del año pasado ahora es una crisis para la construcción, la subida es general”.

Una situación que atribuye a la poca producción de materiales y al brutal encarecimiento de la electricidad y los combustibles, que a finales de 2021 provocó que “los costes de obra subieran de forma general un 22% y que ahora el incremento sea el doble que entonces”. Detalló que “el precio del acero corrugado, con el que se hacen las barras de hierro que se colocan en la base de los edificios, ha subido este trimestre lo mismo que todo el año pasado; el del ladrillo básico se ha disparado un 50% y el de gran formato, un 100%; el cobre y la madera doblan el aumento que tuvieron el año pasado; y el aluminio sube cada mes 5 veces más que en 2021”. “Si no bajan los precios habrá más escasez de productos, lo que comportará paralizar más obras de las que hay ahora mismo”, aseguró Cervós.

Como publicó SEGRE, las del colegio Pinyana de Balàfia ya llevan dos meses paradas. El presidente de la Confederación de Organizaciones Empresariales de Lleida (COELL) y antecesor de Cervós en el gremio, Josep Maria Gardeñes, ratificó que el coste de los materiales se ha disparado por la escalada de la energía y los carburantes. Al respecto, Cervós indicó que la energía ya supone “el 66% del coste para fabricar materiales de construcción, lo que ha provocado que las industrias siderúrgicas paren su producción, mientras que el encarecimiento del gasoil causa demoras en las entregas de los materiales que sí se fabrican”.

La Confederación Nacional de la Construcción instó al Gobierno a incluir la energía en la revisión de precios de las obras públicas, ya que supone al menos el 30% de su coste, y ve “insoportable” la situación.

“Cierro uno de los tres hornos de la panadería por el precio del gas”

“La energía ha pasado de suponer entre un 18 y un veinte y pico por ciento de los costes del negocio a un 50%, por lo que he tenido que cerrar uno de los tres hornos de gas”. Así explica en primera persona el impacto que está teniendo la escalada del precio del gas y la electricidad en el sector del pan Manel Llaràs, que además de tener una panadería preside Pimec Comerç en Lleida.

Llaràs señala que hace 25 años cambió el horno de leña por uno de gas. Ahora tiene tres, y usa cada uno para un determinado tipo de productos. Sin embargo, ha decidido concentrar toda la producción en dos y cerrar el más grande y más antiguo porque la factura se ha disparado y no es asumible.

Llaràs también subraya que el precio del cereal se ha disparado, hasta el punto de que “en los últimos 8 meses se ha doblado”. “Solo la semana pasada subió un 20% y ahora hay la previsión de que dentro de dos semanas subirá otro 20%”, indica. Como la mayoría de panaderías, en las últimas semana ha subido los precios de sus productos, pero precisa que solo alrededor del 5%, ya que es imposible trasladar todo el aumento de costes al consumidor. El gremio de panaderos ya avisó hace unas semanas que esta escalada ponía en jaque al sector.

La huelga del transporte pone en jaque al sector lácteo

La huelga de transportistas está poniendo en jaque al sector agroalimentario y, en especial, al lácteo. Lactalis, con una planta en Mollerussa, que avisó de que tendrá que parar si no se pone fin a este conflicto, está deteniendo ya de manera puntual su producción. Esto, a su vez, afecta a los productores de leche, sector muy tocado ya por los bajos precios. Roser Serret, ganadera de la Noguera, afirmó que la empresa a la que la vende le ha advertido que en los próximos días dejará de recogerla si la huelga continúa, lo que implicará que deba desecharla. En cambio, la cooperativa Cadí aseguró que la recogida de leche en sus granjas continúa garantizada.