Los payeses, sin ayudas directas pese a caer la cosecha al 20 o 30%

Las peores estimaciones de daños por las heladas de comienzo de mes se han confirmado y la Generalitat calcula que la producción de fruta dulce y frutos secos en la veguería de Lleida caerá al 20% de su potencial o, en el mejor de los casos al 30%. Así lo explicó ayer el delegado de la conselleria de Acción Climática, Ferran de Noguera, tras la reunión de la comisión de coordinación de la campaña agrícola, en la que organizaciones agrarias y cooperativas insistieron, una vez más, en la necesidad de ayudas directas al sector. De Noguera dijo que las ayudas directas son “complicadas”.

Sin embargo, añadió que se estudiará cada caso para ver si se puede hacer alguna convocatoria de ayudas, aunque en estos momentos “no está sobre la mesa”. Lo que sí está son los expedientes de regulación temporal de empleo para empresas, centrales y payeses; créditos del ICF con carencias e intereses bonificados por Acció Climàtica y “estamos haciendo un análisis de los seguros” para urgir mejoras. Unas medidas que se quedan lejos de las demandas de las organizaciones agrarias, que alertan de que muchos payeses no pueden asegurar sus campos y que se dan casos de que quienes sí lo han hecho apenas puedan llegar a cobrar el 52% en el caso de la pérdida total de producción.

Se debe a las franquicias, las limitaciones de kilos asegurables en caso de haber sufrido siniestros en campañas anteriores y el propio coste de la póliza. Ayer recordaban la celeridad en anunciar ayudas a los libreros afectados por la tormenta de granizo en Sant Jordi en Barcelona y abogaban por tener una consideración similar. Otros aludían al éxito del preestreno de la película Alcarràs el martes en Lleida, una película que refleja las penurias de agricultores pero no se traduce en un mayor apoyo al sector.

Sobre los créditos, alertan que no son la solución para unos payeses ya muy endeudados por las inversiones que han hecho en sus fincas.El efecto directo en la caída de la producción es el hundimiento de las necesidades de mano de obra, que incluso obligará a empresas y agricultores a presentar expedientes de regulación temporal de empleo. En la comisión se apuntó que antes de las heladas se estimaban unas necesidades de 499.000 jornadas de trabajo de ocho horas en un calendario de recolección con julio, agosto y septiembre como los meses más importantes. Tras las heladas, en el mejor de los casos, se apunta a unas 231.000.

Primeros dos ERTE para una veintena de empleados de firmas frutícolas

El departamento de Trabajo ya ha recibido los dos primeros expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) de empresas frutícolas de Lleida. De momento afectan a una veintena de empleados, pero todo hace indicar que no serán los últimos ante la caída de la producción y de la fruta con la que trabajar. De hecho, ya hay más empresas que se han interesado por presentar este tipo de expedientes, que la conselleria prevé enmarcar en el capítulo de “causa mayor”.

Cooperativas y centrales alertan que se pueden registrar casos en los que la propia viabilidad de las empresas esté en riesgo, por lo que los créditos blandos propuestos desde el Govern no sirven para afrontar las consecuencias de las peores heladas registradas en 42 años. Por ello, como los agricultores, urgen ayudas directas y alertan que no existen seguros para las centrales en caso de caída de la producción, algo que consideran que podría barajar Agroseguro.El delegado del Govern en Lleida, Bernat Solé, avanzó que ha trasladado al Executiu la necesidad de recursos para afrontar el sinhogarismo y apuntó que si no llegan “será una problemática muy importante”. Ahora, trabaja en elaborar un mapa de alojamientos en la provincia.